La historia igual les suena: El amigo de un amigo vende un terreno en su pueblo. Se rumorea que lo van a recalificar pronto y que su valor de mercado aumentará en bastantes ceros. Paco, que acaba de vender su casa recién reformada y tiene bastante liquidez, pone todos sus ahorros en la operación y se sienta a esperar. Pasan los años y el terreno sigue sin recalificarse.
Quién en este recién estrenado 2023 siga pensando que el fichaje de Joao Félix se fraguó únicamente en base a criterios deportivos tiene un problema. El enésimo futbolista con el que Miguel Ángel Gil pretendía obtener una plusvalía ha fracasado. Cuatro temporadas después de su millonaria llegada y de convertirse en el fichaje mas caro en la historia del Atlético de Madrid, el portugués sigue sin romper. Mientras esto sucede y las muestras de nulo compromiso, pasividad y poca entrega sobre el césped se suceden, la diana para medios sensacionalistas y aficionados acomplejados vuelve a colocarse en el mismo lugar: Diego Pablo Simeone.
Porque al Cholo se le pueden achacar muchas cosas, pero jamás el hecho de no haber intentado todo lo habido y por haber por encajar a Joao en sus planes. No le ha faltado nada por probar con el luso, aunque alguno vendrá diciendo que aún no le hemos visto bajo palos. El portugués ha jugado en banda y por dentro. En punta y cayendo al centro del campo. Con un delantero de referencia o con falso nueve. Rodeado de un grueso de futbolistas físicos o con jugones. Simeone lo dio todo.
Lo probó en Liga, Copa y Champions. En partidos ante rivales inferiores y en noches grandes. De titular y de revulsivo saliendo desde el banco. Con el marcador a favor o teniendo que buscar la remontada. En ambientes hostiles o contra equipos que dejaban jugar a la pelota. Pocos sistemas tácticos le han quedado por tocar, pocas situaciones sobre las que probarlo. Joao no ha funcionado.
Por mas que el relato se centre en retorcer la realidad hasta limites insospechados en los que se nos muestra a una estrella encerrada en la jaula de un malvado entrenador, la verdad siempre se impone. Después de cuatro años Joao Félix ha sido incapaz de reivindicarse como ese jugador referencia que se presuponía iba a ser. Su falta de regularidad, auspiciada por sus constantes lesiones, le hacen distanciarse del selecto grupo de jugadores que están llamados a liderar el fútbol en los años venideros. Mas cerca de convertirse en uno de tantos que apuntan pero no terminan de llegar que en un futuro candidato a Balón de Oro. Mas Borja Bastón que Fernando Torres.
Si uno se sienta a debatir con alguien serio, de los que opinan tras haber visto varios partidos completos y no un par de videos con los mejores momentos de un futbolista, llegarán a la conclusión de que uno de los argumentos que mas se repiten a la hora de defender el seguir apostando por el luso es el miedo a su salida y posterior eclosión en otro Club. No hay nada tangible sobre lo que sostener el seguir insistiendo en la idea, todo son proyectos a futuro y suposiciones.
Paco sigue sin casa y sentado esperando una recalificación que nunca llega.
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