La semana pasada escribía aquí, a propósito del fichaje de Reguiión, que aquí ganar no es lo más importante, varios personas me reprendían en los comentarios por esta afirmación. No hay más que ver el nuevo documental de Amazon para entender que el Atleti tiene más que ver con la vida que con el fútbol y que ganar no es lo más importante, es importante, pero no lo más.
El último episodio finaliza con la eliminación contra el Manchester City y esa, una vez más, impresionante respuesta de la grada ante la derrota. Tios como Suárez que lo han ganado todo, Campeones del Mundo como Griezmann o cracks como Joao flipando con lo que es el Atleti, ni mejores, ni peores, diferentes.
Pero el título de esta opinión no iba por esto, sino por el ejemplar comportamiento que está teniendo el club con la familia de Saúl Bachiller, el joven fallecido en la celebración del titulo de Liga.
Es evidente que el fútbol es un negocio, que los clubes son empresas, que el propio Gil Marín en una de las charlas a los jugadores que recoge el documental habla abiertamente de que el objetivo del club no son los títulos, sino entrar entre los cuatro primeros y pasar a cuartos de Champions, pero es evidente que lo que están haciendo es para quitarse el sombrero.
Soy bastante crítico con la gestión del club, de manera habitual, pero chapeau por el comportamiento de la entidad con esta familia. Esto es el Atleti.
12 septiembre, 2022
Una competición deportiva profesional donde se asume que el objetivo no es quedar el primero, es un simulacro de competición.
Es muy fácil ver lo positivo de la directiva ahora que las cosas marchan bien en lo económico. Los bancos, cuando obtienen muchos beneficios, crean fundaciones y se convierten en benefactores, pero antes de llegar a ese nivel no han tenido piedad con nadie.
Esta directiva era un barco a la deriva antes de llegar Simeone y de no haber aparecido el argentino con sus éxitos deportivos, nos podemos imaginar dónde estaría ahora el Atleti SAD.
Creo que nadie duda de que el día que no se gane como se ha hecho en estos diez últimos años, la directiva cierra la tienda y se va a su casa con los bolsillos llenos.
El ejemplo lo tenemos en el baloncesto con Movistar Estudiantes, Movistar gana, Estudiantes pierde. Es decir, la directiva gana y la afición pierde.