Tú a Londres y yo a Bucarest

Soy de los que piensa que cuando uno de los tuyos está mal, hay que cerrar filas y arroparlo hasta que deje de pasar frío. O hasta que el paso del tiempo nos traiga días más cálidos. Quizá el hecho de vivir situaciones así haya forjado esa mentalidad en nosotros. Mientras más de uno, y con eso me vale, hacía leña del árbol caído y sentenciaba a muerte al reo antes de la orden del juez, nuestro capitán Koke publicaba unas palabras que pedían abrigo. Y lo pide alguien que no debería pronunciarse. Alguien que se debería dedicar única y exclusivamente al plano deportivo y dejar este tipo de situaciones a otros estamentos de la institución.

Pero ya no se puede. El Atlético de Madrid tuvo que jugar un doble enfrentamiento contra el Levante con un margen de pocos días por un diseño de calendario que, nuevamente, perjudica los intereses rojiblancos. Un aplazamiento que pudo haberse jugado en otra fecha, al menos para que no coincidiesen ambos partidos en un lapso de tiempo tan corto, pero no. Nadie se queja, todo está bien. Nadie eleva el tono para referirse a la actuación que el señor Melero brindó en el Metropolitano, donde dos fallos puntuales pudieron interferir de forma clara en el resultado final del partido. Nadie se queja, que pase el siguiente.

Y el siguiente es un viaje a Bucarest para jugar un partido de local, en una competición que todos nos empeñamos en ganar pero que ya ha dejado claro que no nos quiere ni en pintura. El cruce contra el Chelsea nos podría dejar una imagen curiosa, a la par que dantesca. Podría darse el caso de un empate a un gol en tierras rumanas y a cero en Londres. De esa forma, los pupilos de Simeone estarían fuera del cruce por el valor doble de goles en campo contrario, sin que haya hecho falta que el Chelsea perforase las mallas del Metropolitano. Una decisión que adultera flagrantemente la competición y desnivela la eliminatoria. Tú a Londres y yo a Bucarest, como en aquella película, pero sin Lindsay Lohan y con la obligación de ganar.

Por lo menos, para contentar a una masa social que, lejos de apoyar a los suyos y denunciar el trato desigual, se empeña en llevar la exigencia a un grado superlativo. Bien por miedo o complejo a ser tratados de “llorones” o bien porque no creen que lo haya. Queda un mundo por delante y solo hay una opción para sacar todo adelante: prietas las filas.

Foto: Getty Images

Autor: Marcos Martín

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1 Comentario

  1. Félix Brych será el árbitro. Es aquel que expulsó a Arda Turan en una eliminatoria de Champions frente al real madrí en el Bernabeu, fue en los minutos finales de un partido muy igualado que se encaminaba sin remisión hacia la prórroga.

    La expulsión de Arda destruyó el equilibrio que había entre ambos equipos y a pocos minutos del final, Chicharito tuvo su noche de gloria (seguramente la única que tuvo) marcando el gol que supuso la eliminación del Atleti.

    Como era de esperar, la Caverna salió rápidamente a hacer la cobertura de su equipo patrocinado, alegando expulsión justa y merecida del turco, y probablemente lo fuera. Lo que fue inadmisible es que Ramos hizo los mismos o más méritos que Arda para irse a la caseta y fue indultado por Brych.

    La indignación fue tan grande que hasta Simeone se quejó del arbitraje. Creo que ha sido la única y la última vez que lo ha hecho.

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