“El sentimiento en el fútbol se debe perder, esto es un negocio.” Una frase que a todo atlético le debe sonar y provocar repulsión. La pronunció, hace unos años, nuestro presidente Enrique Cerezo. En esa época el Atlético de Madrid era un negocio lucrativo. O eso debían pensar los que mandan. El cambio del Vicente Calderón por un nuevo estadio con capacidad y medios para albergar cualquier espectáculo hacía que el fútbol pasara a segundo plano. Cerezo estaba en la cresta de la ola y no veía ningún atisbo de caída. Se equivocó.
En 2020 el departamento de marketing del Atlético de Madrid se ve obligado a apelar al sentimiento para tratar de tapar una herida en la economía del club que no para de sangrar. Nuevamente, su bochornosa gestión ha hecho que, a pesar de superarse año tras año en ingresos, la institución se vea con la soga al cuello y necesite liquidez inmediata. Durante los años de bonanza se obvió la parcela deportiva y, en lugar de invertir en plantilla, se destinaron grandes partidas de dinero y se pidieron créditos para realizar movimientos inmobiliarios. Un club de fútbol convertido en constructora.
Así, mientras Lucas Hernández abandonaba el club en enero, mientras se racaneaba con el más que necesario fichaje de Cavani y mientras se competía año tras año con una plantilla descompensada; se inauguraba la ciudad deportiva de Alcalá de Henares, se firmaban convenios en Alcorcón y se proyectaba una ciudad deportiva alrededor del Metropolitano. Todo a la vez que los abonos, esos que iban a costar más baratos que en el Vicente Calderón, no paraban de subir. O que los tradicionales bares de alrededor del estadio se hayan convertido en food trucks americanizando y mercantilizando algo tan cultural como es una previa.
Que el fútbol es un negocio es algo que tiene poca discusión. Aunque duela, el deporte rey ha degenerado en un espectáculo por el cual la corrupción pasa de puntillas y la pasión se mata día tras día. Donde las reuniones políticas en palcos son algo normal y levantar un estandarte empieza a estar mal visto. Y ya ni hablemos de encender un bote de humo. Ojalá todos viéramos esto como un negocio en el que unos pocos juegan con las ilusiones de muchos. Ojalá. De ser así hace tiempo que el castillo de naipes se hubiese caído. De ser así, más de uno hubiera tenido que amasar su fortuna de forma honrada y con esfuerzo. Una vez más queda demostrado que no todos vemos esto como un negocio. Una vez más, Atleti somos nosotros.
Foto: Getty Images
26 mayo, 2020
Cuando se opina del atlético, siempre se critica a los directivos, y se les reprocha el gasto de dinero en no sé cuantas cosas. Pero no se dice nada de lo que cobra el tégnico, que también es un sablazo que ni el Barsa ni el Madrid pagan a ningún entrenador. Y en cuanto a lo de Gabi, espero que sea cierto, aunque me extañraña mucho si está el Cholo por medio; ya sabemos como se fue el niño y por culpa de quien, y más recientemente, hemos visto como se marchaba en circunstancias muy oscuras, el anterior miembro del club, Clemente Villaverde.
26 mayo, 2020
Simeone cobra lo que de merece, él solito ha sido el que ha multiplicado por cuatro el presupuesto, o quien lo ha multiplicado los delincuentes?
Ojala diga muchos años, porque de lo contrario volveremos a la epoca oscura
Un solo dato desde el doblete hasta que llego Simeone 17 temporadas si si 17!! y con el tercer presupuesto no fuimos capaces de quedar nunca entre los tres primeros, de eso no nos acordamos?