Simeone y la afición

Simeone molesta, es una evidencia desde que empezó a ganar con el Atleti, desde que fue poco a poco devolviéndolo a su lugar e iba, cada año, sin pausa, recortando terreno a los dos que controlan el fútbol nacional. Al principio eran campañas anecdóticas, el equipo duro, el antifútbol … ahora, en esta era de la posverdad, de la manipulación de masas, del control de la opinión merced a encuestas manipuladas, a una atención mediática desviada, a poner el foco sobre lo que le es útil a determinados intereses, las herramientas a las que se enfrenta son más difíciles de combatir y mucho más peligrosas.

La semana pasada, el argentino salió al paso en una intervención magistral y dejó unos cuantos titulares y sobre todo un nuevo eslogan: “Que no nos confundan”. Habló de fútbol, de sus porqués y de sus cómos, y repasó una ristra de obviedades a todos aquellos que se llenan la boca con que éste es el mejor de Atleti de siempre. Es una ridiculez espantosa, pero como ocurre con las más grandes mentiras, a fuerza de ser repetida termina convirtiéndose en verdad en la mente de muchos. El Atleti de este año no sólo no es el mejor de siempre, sino que está ante el proceso más complejo desde la llegada del Cholo. Una reconversión profunda del equipo, del que se fueron gran parte de los pilares básicos, entre ellos el que fue uno de los mejores jugadores del mundo. Simeone tiene ante sí un reto gigantesco, mantener el listón mientras hace la transición. Nadie va a perdonarle que lo baje y él lo sabe.

También la afición debe jugar su papel. De la misma manera en que a veces empata los partidos, o marca el gol del último minuto, porque su empuje la hace diferente a la de todos los demás, en un proceso de cambio tan complejo como éste también debiera mostrar su enseña. Desde aquella desangelada tarde de diciembre en la que el Albacete nos echó de la Copa, con un Calderón medio vacío, el club ha crecido desproporcionadamente. El crecimiento trae a veces el desafecto, se corre el peor de los riesgos, que es el de llegar a convertirse en todo aquello que nunca se quiso ser. Es el momento ahora también de seguir contracorriente, de ejecutar la rebeldía, de mostrar la diferencia, de ser humildes y también, claro, de ser agradecidos.   

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

Comparte este contenido en
468 ad

3 Comentarios

  1. Nunca hemos sido tan competitivos y ganadores como en estos años magníficos. Adoro a nuestro Emperador Simeone

    Escribe una respuesta
  2. Tardes y noches desangeladas y desastrosas hemos vivido un sinfín : Boavista, Guimaraes, Politécnica, Groningen al cuadrado, Ofi Creta…y en Copa, pues Osasuna, Recreativo, además del manido Albacete. Pero es que este mismo año, con Simeone, nos echó el Gerona, que acabó en segunda, además de que luego hiciéramos el ridículo en Turín. Y tenemos recientes Celta y Rubin Kazan, también con él.

    Todo hay que ponerlo en su contexto, todo es relativo y es opinable. Simeone molesta, desde luego, porque ha hecho ganar al Atleti y rompió el maleficio de los 14 años deplorables contra el vecino. Es nuestro entrenador y hay que estar con él, como con los jugadores, mientras estén. Pero a mí también me molesta su discurso de rendición preventiva ante los gordos, que luego plasma el equipo en el campo, cuando eso es un auténtico disparate. Y lo es, precisamente, porque la realidad lo ha desmentido innumberables veces. Cholo, ¡ que les has ganado una Liga, caramba, que si no es por la parada inverosímil de Bravo a Antoine, les ganas otra ! Que has hecho una vuelta de 50 puntos. Que los has tumbado en Champions, menos al merengue, al que has llevado a la prórroga y a los penalties en 2 finales.! Que has salido a ganar, y has ganado, a la Juve en casa, al Barcelona, al Bayer, y a cualquiera. Por qué sales a no perder, y pierdes sin remisión, cuando ese maldito discurso te domina.

    El aficionado atlético de toda la vida siempre ha sido tan cauto como ambicioso, y por experiencia sabe que puede sufrir una ridícula eliminación tanto como una gloriosa clasificación en cualquier momento. Coincido en que debemos ser humildes, en la acepción de conocer las propias debilidades y limitaciones, porque siempre hemos tenido esa virtud, pero en ningún modo en la acepción de sumisión. Porque si es así, entonces seámoslo con todas las consecuencias, no fichemos delanteros de 50 millones, ni de 120, ni medios ni centrales de 30, y juguemos solo con los chavales, con Montero, Mollejo, Riquelme, Camello y los que se tercien. Porque si estamos tan lejos de los de arriba, comprando por 300, entonces también deberíamos estarlo de los de abajo, a los que sacamos millonadas de presupuessto, y a los que ganamos 1-0, y gracias, cuando les ganamos.

    ¿La competición se aprieta y se iguala entre 17 equipos y nosotros, pero nosotros nunca nos igualamos y apretamos con los 2 gordos ? Obviemos las ventajas y tratos de favor de que gozan, que eso ya sabemos que no va a cambiar. A mí me parece que es un planteamiento falso, cómodo, indolente y ventajista .

    Escribe una respuesta

Envia un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies