«Prefiero jugar mal y ganar», explicó Simeone tras finalizar el partido. Es la típica frase del que sabe que se ha equivocado y que ha faltado a sus propios principios para gustar a los demás. El argentino se ha dejado llevar por la eufórica corriente atlética que ya se veía en la final y pecó. No es la primera vez que le ocurre, consiguiendo que nuestro técnico vuelva a dudar, innove y falle a los principios del ‘cholismo’.
El entrenador se relajó en la vuelta de Copa del Rey, no puso a los titulares y, lo peor de todo, dejó de lado al sólido cuatrivote que siempre le ha llevado a las grandes finales y a ganar tantos títulos. Porque jugar con Lemar, Correa, Kalinic y Griezmann mola, pero pasar de ronda con un 1-0 lo hubiésemos firmado todos. Déjense de florituras y seamos serios. Koke, Gabi, Tiago y Arda, hasta Lisboa. Koke, Gabi, Augusto y Saúl, hasta Milán. Koke, Gabi, Thomas y Saúl, hasta Lyon. Éste es el centro del campo que funciona, señores.
Ahora estamos en ese momento en el que queremos jugar como la ‘Naranja mecánica’ y demostrar a Europa que porque hayamos hecho una gran inversión hay que cambiar el estilo de juego. Pues no. El Atleti es el Atleti, un equipo defensivo, aguerrido, intenso y asesino a la contra. Que aburre al resto, pero que gana partidos. Y quien no quiera eso lo tiene bien fácil, que no nos vea. A escaso mes para que llegue la eliminatoria clave frente a la Juve, el Girona nos ha bajado de la nube en la que vivíamos.
Sin embargo, de todo se aprende. Estoy totalmente seguro de que Simeone tomó nota y no tropezará en la misma piedra. Un mes para que los lesionados cojan ritmo, competir como lobos en liga y llegar al 20 de febrero como motos. Además, siempre que el Atlético ha llegado a una final de Champions, ha sido vapuleado previamente en Copa por tres goles. En ambos casos, frente al Madrid y Celta, por querer jugar de una forma más ofensiva.
Ahora estamos en la línea de salida y nos toca ganar. Vencer al Huesca para apretar al Barça… y la Champions ya se verá. Lo que sí hay que tener claro es que hay que recuperar esa solidez defensiva, no encajar goles y no dejar respirar a los delanteros del otro equipo. La intensidad es algo que no se puede perder y las líneas compactas en el centro del campo hacen que Simeone tenga una victoria casi segura. No me cansaré de repetirlo: ¡que vuelva el cerrojo, que yo quiero vivir más finales!
Foto: Rubén de la Fuente