La temporada 2021/2022 del Atlético de Madrid está siendo un auténtico desastre. Sin paliativos, sin paños calientes. La eliminación en la Supercopa de España frente al Athletic Club ha acentuado la crisis de un equipo que avanza cuesta abajo y sin frenos. Del conjunto que conquistó la Liga el pasado mes de mayo queda el recuerdo. El resto es una caricatura. Resulta complicado explicar cómo un combinado campeón se ha podido diluir de esta manera. La situación invita a buscar culpables, aunque no todos tienen la misma cuota de responsabilidad. Y sí, tal vez los palmeros mediáticos señalen a un solo hombre. Pero el ruido que genera la figura de Diego Pablo Simeone acalla las voces que acusan a los principales responsables. La voz de este servidor es una de ellas.
El palco. Basta con mirar a este lugar. Todas las balas que recibe el ‘Cholo’ -o Andrea Berta- son ataques que no se desvían hacia la cúpula dirigente de la SAD. Así de simple. Mientras el equipo agoniza por la falta de efectivos, desde los despachos se malvende al lateral derecho titular por unos 15 millones de euros. La entidad rojiblanca lo promocionó como un acto de caridad con Kieran Trippier, quien estaba deseando regresar a casa. El Atlético de Madrid ni necesitaba ni quería vender, pero vendió. Acto seguido, El Confidencial confirmaba que Gil Marín recuperaba los derechos de explotación del negocio VIP del Metropolitano por valor de 18 millones de euros. No hay más preguntas, señoría.
La salida de Trippier no es un ‘heitingazo’. Ni mucho menos. Ha habido todo un mercado para reforzar las posiciones necesarias, que son muchas. Sin embargo, el único que ha sonado con fuerza es Daniel Wass. El centrocampista reconvertido a lateral del Valencia ha sido la opción que ha manejado el Atlético de Madrid para reemplazar a uno de los héroes de la Liga. 2 millones de euros era la oferta. Ni siquiera acabando contrato en junio, el danés abandonará la disciplina de Mestalla. Ver para creer.
La preparación física. La cantidad de lesiones y recaídas que está sufriendo la plantilla a lo largo del curso es el otro gran mal que padece el Atlético de Madrid. En algunos casos, como el de Giménez, el de Lemar o el de João Félix, se puede salvar al responsable de esta tarea. Pero que jugadores como Marcos Llorente o Antoine Griezmann estén recayendo permanentemente de sus dolencias musculares es una situación que no admite justificaciones. El ejemplo del centrocampista español es el más paradigmático. En apenas tres meses, Llorente se ha lesionado más veces que en el resto de su carrera. Con el parte médico de la Supercopa, el ’14’ va ya por su cuarta lesión consecutiva.
Los problemas físicos del equipo no son flor de un día; es un mal endémico que el plantel lleva arrastrando desde hace un lustro. Sin embargo, las constantes ausencias de esta temporada han agravado la situación. Simeone apenas ha podido disfrutar de todos sus efectivos en cualquier partido del curso. El encuentro de Copa contra la Real Sociedad tampoco será la excepción. En San Sebastián, el ‘Cholo’ tendrá que alinear de inicio a Vrsaljko, Felipe, Hermoso, Lodi y Herrera. ¿La razón? Que no hay más.
La enfermería está repleta y eso solo es responsabilidad de un hombre: Óscar Horacio Ortega. El ‘Profe’ lleva años cuestionado por sus métodos de trabajo. Sin embargo, esta campaña ha colmado la paciencia de muchos. Para más inri, el preparador uruguayo tendrá que combinar ahora su trabajo en el Atlético de Madrid con su labor en la selección charrúa. Ninguna institución seria debería prestarse a ello, igual que Simeone tampoco debería pasar por el aro.
Los jugadores. Los protagonistas sobre el césped no pueden eximirse de culpa. Pocos son los futbolistas que conservan el nivel del año pasado. De las figuras que resultaron claves en la consecución de la pasada Liga, ninguno alcanza el aprobado esta temporada. Ni Oblak, ni Savić, ni Koke, ni Llorente ni Suárez están cerca de ofrecer el rendimiento que mostraron un año atrás. Al bajón de los pesos pesados hay que sumarle el dantesco nivel ofrecido por los hombres de segunda línea. Los casos de Felipe y Hermoso son los más groseros. Tampoco los fichajes están respondiendo como se esperaba. Hasta ahora, Rodrigo de Paul ha dejado más sombras que luces. Antoine Griezmann sí parecía haber encontrado el pico de forma de antaño, pero las lesiones lo han devuelto al punto de partida. Tal vez Carrasco, Correa y Cunha sean los únicos nombres que se salven de la quema.
Simeone. Es la peor temporada del ‘Cholo’ al frente del Atlético de Madrid. El técnico argentino no está dando con la tecla ni en los planteamientos iniciales ni en sus cambios. El equipo se desangra atrás y le cuesta un mundo generar arriba. Sin embargo, el entrenador colchonero representa exclusivamente la punta del iceberg. De Diego Pablo puede molestar su escasa combatividad a la hora de denunciar de forma pública los agravios que sufre. Es un hombre de la SAD y, si tiene que lavar los trapos sucios, lo hará dentro de su casa. Así ha sido durante sus diez años al frente del cuadro rojiblanco.
Sin embargo, la urgencia de la situación obliga a tomar decisiones drásticas. Él sabe que es el sostén de un castillo de naipes que, ahora, se tambalea más que nunca. Por eso, toca poner las cartas sobre la mesa. Sea el ‘Profe’, sean diez o sean los veintiuno, el ‘Cholo’ debe tener la total certeza de que antes se depurarán a todos ellos que a su figura. Por eso es el artífice del mejor Atlético de Madrid de la historia. Nadie garantiza el éxito en el Metropolitano más que Diego Pablo. Así que es el momento de las exigencias. De lo contrario, la orquesta del ‘Titanic’ podrá seguir contemplando cómo se hunde el barco desde la opulencia de su lista Forbes. La sartén está por su mango.
16 enero, 2022
Me parece que hay demasiadas preguntas sobre este equipo que no tienen una respuesta coherente.
Aunque se ha dicho ya muchas veces, todavía no se asume que este equipo es una empresa privada con determinadas peculiaridades. El objetivo del Atleti SAD no es ganar este u otro título, es obtener beneficio económico. Ganar títulos facilita conseguir dicho objetivo, pero la condición «sine qua non» es la obtención de beneficio económico, sin este, Gil y Cia. cierran la tienda en cuestión de horas.
Según el criterio anterior se explican coherentemente la continuidad de Joao Félix y Lemar en este equipo aunque no aporten lo que de ellos se espera, se explica el aligeramiento en fichas de jugadores, como en el caso de Trippier, aunque este cuenta con la famosa justificación de que «cada jugador juega donde quiere jugar», también se puede entender el riesgo que se tomó cuando no se amplió la nómina de centrales, o los experimentos inversionistas con los equipos de Calcuta, San Luis de México y Canadá que no han aportado nada al plano deportivo.
Sin embargo no puede explicarse con este criterio casos como el de Saponjic, jugador con ficha del primer equipo (que se sepa) y condenado al ostracismo.