Uno de los trabajos más difíciles para un entrenador suele ser la elección del equipo titular. Entre una plantilla aproximadamente de 23 jugadores, tan solo 11 (10 si quitamos el puesto de portero) tendrán la oportunidad de iniciar el partido, y el resto deberán esperar su oportunidad en el banquillo. Todos los jugadores luchan por un puesto de esos once, porque normalmente es el reflejo de que están en un mejor momento que el resto.
No obstante, el término de “suplente” está cambiando a “revulsivo”. Este último, en mi opinión, define mejor lo que es la faceta de jugador actual que sale del banquillo. Un futbolista que ayuda a revolucionar el ritmo del juego, que es explosivo, que tiene mayor capacidad física o frescura que sus rivales, los cuales ya tienen varios minutos sobre sus piernas. O incluso, un “revulsivo” también puede ser un jugador que ayude al equipo a mantener el resultado, que facilite recuperar el control del partido. En definitiva, un hombre que ayude a llevar el partido hacia el objetivo que necesite el equipo en la segunda mitad.
Y qué mejor que mirar el último partido del Atlético de Madrid para ejemplificar lo que son buenos “revulsivos”. Con los segundos 45 minutos a punto de comenzar, Simeone decidiría meter a Marcos Llorente por Saúl. Un cambio que dio al equipo muchísima más profundidad y verticalidad, y con el que se colgaron muchos balones, entre ellos, el que significó el gol de Antoine Griezmann.
Posteriormente, Correa, Barrios, y Lino entrarían en acción y marcarían el desenlace del encuentro. El argentino, creando jugadas de peligro de la nada, como él solo sabe. Y con Barrios y Lino generando el tercer gol de la noche, que simplificaría muy bien la cualidad de “revulsivo” explosivo, pues los dos hicieron una contra a toda velocidad y en cuestión de segundos ya estaba la pelota dentro de la portería del Villarreal. Finalmente, Söyüncü también tendría minutos para refrescar la defensa en la recta final del encuentro.
Y es que ya lo dijo Griezmann en la rueda de prensa posterior al partido: “Los jugadores del banquillo tienen que entrar como hoy, marcan la diferencia”. Porque con futbolistas “revulsivos”, que aprovechan sus oportunidades y ayudan al equipo cuando los de inicio no tienen el día, uno puede vivir más tranquilo.