El sábado se vivió un ambiente raro en el Calderón, con excesivas protestas, quejidos e incluso silbidos por parte del público, algo que ni en los peores años de la pasada década se vivió, pero que ahora cada vez es más habitual. Al terminar el partido las redes sociales culpaban de esta situación a los que se denomina “neotatleticos”: gente que según ellos han llegado al club al calor de los títulos de los últimos 5 años y que no estuvieron en los años duros de Segunda y los siguientes.
Sinceramente permítanme que dude de esta etiqueta: por varios motivos, el primero es que es técnicamente imposible que en 5 años hayan sido capaces de irse del estadio los que estuvieron en las malas para que lo ocupe mayoritariamente gente nueva, porque además la gente que solo ha vivido con uso de razón la época buena, es difícil que tenga más de 15 años y no me parecen a mí las gradas del Calderón con un público de edad similar a un concierto de Justin Bieber.
La segunda evidencia es claramente empírica, tras estar más de 15 años abonado en el fondo sur, hace 10 años nos trasladamos a otra zona del estadio, zona en la que llevo todo ese tiempo viendo a las mismas personas y en la que el sábado se protestó bastante. Los que se quejaron en mi sector no es gente que acabe de llegar, sino que como mínimo se han tragado a Aguirre, Manzano… y probablemente los años de Segunda, porque la media de edad no baja de 45 años.
Sinceramente pienso que los neoatléticos, como así les definen en las redes sociales, no es tanto una condición física, que haya llegado gente nueva al estadio, sino mental, es decir, los que estuvieron en las malas, ahora entienden que hay dinero y mimbres para que el equipo esté siempre arriba y exigen como tal, porque evidentemente todas las aficiones tienen una base común, lo único que las diferencia en que salga a flote o no es la cantidad de títulos que se ganen. La condición humana es inconformista y probablemente mucha gente que no abandonó a su equipo en Segunda ahora sea de los que exijan, algo que para muchos de los que vamos al estadio es incompatible con la condición atlética, pero que para otros muchos no lo es, y como yo no estoy aquí para repartir carnets, no pienso calificar como neoatlético a nadie, que seguramente no abandonó a su equipo en Segunda, porque señores, el estadio no se ha repoblado en los últimos 3 años, estamos los mismos.
Foto: Fran Pérez
18 enero, 2017
Yo también estoy de acuerdo en que no se les puede denominar neoatléticos (tampoco estoy para dar carnets de atlético ni por ganas ni por facultad para darlos) pero a mi entender se les podría denominar «atléticos consumidores» que, a mi entender, son aquellos que al principo el juego del atleti, al igual que decía la prensa, era maravilloso dado que plantaba cara a los dos clubes que monopolizaban la liga. Ahora que esa misma prensa que nos aborrece, desde al menos la anterior temporada (aunque curiosamente engrandencía al Leicester con nuestro mismo estilo de juego en la última temporada), surgen desde nuestras gradas las mismas palabras que denominan a nuestro juego de ramplón y aburrido.
Es cierto que a mí, personalmente, me gustaría que nuestro Atlético jugase como el Barça de Xavi, Iniesta y Messi pero me temo que no lo va a hacer. Simplemente por la sencilla razón que no tenemos ni a Xavi, Iniesta y Messi. Tenemos a los jugadores que tenemos que son los nuestros, con sus virtudes y sus defectos, pero son los nuestros. Si en vez de tener a Gabi o Tiago tuviesemos a Rijkaard o Redondo, si en vez de Carrasco por la izquierda tuviesemos a Maradona, si en vez de Gameiro estuviera Pelé o si en vez de Oblak o Moyá guardase nuestra portería Yashin pues pediría más que un juego de garra y presión.
Desde mi punto de vista no se puede pasar de un futbol basado en el orden y la seguridad defensiva al futbol del Brasil del 82. Todo tiene su tempo y su desarrollo. Esperemos unos años a que las cosas se sigan haciendo, al menos en lo deportivo, de una forma coherente.