¿Qué pasa con el fútbol?

5EzHMt6Mqy 26 08 2018 atletico rayo pina ¿Qué pasa con el fútbol?
Foto: Club Atlético de Madrid.

Cuando me preguntan sobre mi primera vez en el Calderón siempre cuento lo mismo: no me acuerdo de casi nada. Olvidé el resultado, el rival y la hora. No tengo ningún recuerdo de jugadas, de quién salió de inicio o de si los goles fueron bonitos o meros churros. Nada. Lo único de lo que me acuerdo es de ir con la familia en el autobús de una peña. Del bocata en el descanso y la grada animando. Del clásico olor a tabaco negro penetrando en la nariz y el destello de varias bengalas prendiendo en el fondo sur. Es más, diría que cuando era pequeño no me gustaba ver fútbol. Muchas veces prefería estar en la calle jugando al balón mientras mi padre veía el partido en el bar. Tardé bastante en sentarme frente al televisor mientras jugaba el Atlético de Madrid.

A pesar de eso, siempre respondía con un sí cuando, al descolgar el teléfono, alguien me daba la oportunidad de ir al Vicente Calderón: “Me sobra un abono para el sábado”. Y sin apenas terminar la frase ya estaba buscando forma de ir a Madrid. Me enamoré del fútbol en su más absoluta esencia. Esa que arranca con bocadillos envueltos en papel de plata y apuestas por ver quién sale de inicio mientras se viaja en autocar. La de los abrazos de gol con un tío al que no conoces de nada más que verle domingo tras domingo. La de las amistades extrañas con gente con la que no tienes nada en común, salvo el hecho de compartir pasión, y que muchas veces se convierten en vínculos irrompibles. En definitiva, no concebía otra forma de vivir el fútbol.

La ultima Eurocopa me dejó una imagen que invitaba al optimismo: gradas llenas, sin mascarillas y con animación. Parecía que el fútbol de verdad volvía. Y en la mayoría de países europeos realmente ha vuelto, salvo aquí. España, esa nación en la que se permiten festejos taurinos, conciertos y festivales de música con aforos razonables, sigue manteniendo un límite del 40% en estadios de fútbol. Con más de un 70% de la población vacunada, como nos están vendiendo a cada minuto en los telediarios nacionales, las restricciones que aún se mantienen en los estadios puede ser calificada de medida dictatorial.

La situación que viven los hinchas de este país es propia de una película utópica. Ningún evento multitudinario está sufriendo un desprecio tan abrumador como lo está haciendo el fútbol. Hemos visto plazas de toros hasta la bandera, conciertos con gente en pie y salas de fiestas abarrotadas, ¿Qué pasa con el fútbol?

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Autor: Marcos Martín

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