Si el Atlético quiere estar en semifinales tiene que olvidar. Pasar página y seguir. Si se queda enganchado en los errores arbitrales de Brych, será imposible ganar al Barcelona.
El estadio estará a reventar, el Barcelona no anda tan bien y el Atlético demostró el martes que puede volar si la cita lo requiere. Pero no avanzar, seguir hablando de Luis Suárez y de las jugadas de Torres, lo único que hará será que no puedan cambiar el chip rumbo a la vuelta.
La presión alta con la que sorprendió Simeone en Barcelona, la agresividad en la recuperación y las transiciones rápidas en los primeros 30 minutos, demostraron la madurez del vestuario colchonero, las variantes de la pizarra de Simeone y la obsesión de esta plantilla por la Champions.
En la vuelta y sin Torres, el guión debe ser similar. Vietto no responde y Jackson sigue en China (por fortuna). Correa, Carrasco, Griezmann… El Atlético lo fiará todo a la velocidad de sus atacantes y a Koke. Se le ve fino, capaz de ser Busquets e Iniesta, de robar y de dar un gran pase de gol. Jugador capital al que sus compañeros deben entregar la eliminatoria porque en sus botas está gran parte de ella.
Son armas suficientes para superar la eliminatoria ante un griposo Barça. Eso y el Calderón que recordará al de 2014 ante el equipo culé. Una de esas noches mágicas, con ganas de marcar su gol y llegar a las semifinales. Pero todo esto, si olvidan al árbitro, a Luis Suárez y las acciones de Fernando Torres. La vida sigue, el fútbol avanza y el 2-1 es mucho más positivo que negativo para la vuelta (De Brych está todo dicho).
Foto: Ángel Gutiérrez – clubatleticodemadrid.com
