Todo el mundo empieza a dar al Real Madrid como favorito en la eliminatoria frente al City, incluso muchos ya lo ven como campeón de esta edición. Quizás ese sea el fuerte del equipo blanco, que se lo cree desde el minuto uno. Y yo, que de verdad lo creo posible, confieso que el Atleti de este año me recuerda al Chelsea que ganó su última Champions: los motivos por los que vamos a salir campeones.
Primero. Si alguien ha desesperado, ridiculizado y ganado a este Real Madrid es el Atlético de Madrid. El supuesto equipo ‘favorito’ para ganar la Champions ha hincado la rodilla esta temporada solamente contra Simeone. Y no sólo una vez, sino que hasta en tres ocasiones.
Unos partidos ante el Madrid en el que el Atleti ha goleado a los de Ancelotti, ha ganado en una prórroga y ha sabido sufrir y resistir hasta conseguir un empate en el último minuto (con cubierta del Bernabéu incluida). Quiero decir, los rojiblancos están capacitados para medirse y ganar a cualquiera… como ya han demostrado.
Segundo. Es cierto que el Atleti no es el equipo más regular fuera de casa esta temporada, pero cuando tiene que ganar, gana. El claro ejemplo fue ante el Inter de Milán, un equipo que llevaba meses sin conocer la derrota, otro que era ‘candidato al título’… y que palmó frente a los muchachos de Simeone.
El caso del Inter de Milán es el más reciente, pero este Atleti, con casi los mismos jugadores, ya sabe lo que es eliminar a un campeón de Europa como el Liverpool, ganándoles tanto en casa como en Anfield. También echaron al Manchester United y le faltó el canto de un duro para forzar una prórroga en el Metropolitano con el temidísimo City. Pues en todas esas temporadas, el Atleti fue igual o más irregular que en esta.
Tercero. El espírutu del Metropolitano. Los rivales saben lo incómodo que es jugar en nuestra casa, la presión que ejerce la afición desde el calentamiento y el recibimiento que les espera desde el autobús con una senda de fuego hasta el infierno del Metropolitano. Podemos decir que el espíritu del Calderón empieza a respirarse en nuestro estadio y eso, como ya pasaba cerca del Manzanares, hace que los jugadores perciban que pueden ganar a cualquiera.
Cuarto. El camino a la final. Partido a partido, eliminatoria a eliminatoria. El Atlético de Madrid debe eliminar al Dortmund, un equipo que demostró el pasado sábado ante el Bayern que puede dar mucha guerra. Los alemanes dieron una exhibición de contragolpe e hicieron mucho daño por las bandas.
Sin embargo, el Atleti es más cauto que el Bayern, juega más compacto e intenta dejar menos espacios. Por lo que el miércoles se vivirá otra película. En semifinales, de llegar, estarían París o Barça. Creo que se puede pasar, me recuerda al año en el que el Chelsea ganó su última Champions. Nadie lo daba como favorito, se coló en la final y venció a los de Guardiola. Espero que Azpilicueta meta esa mentalidad ganadora a los muchachos
Quinto. El adiós a la liga. El no luchar por el título te quita esa exigencia semanal para poder reservar jugadores o hacer rotaciones en liga. De hecho, si el Atleti gana sus dos partidos en casa ante Girona y Athletic, tendrá pie y medio en la próxima edición de Champions. Un objetivo casi cumplido que permitiría a Simeone guardar efectivos y hacer que lleguen frescos para las eliminatorias. Gente como Giménez, Griezmann, Morata o Koke van a ser cuidados para evitar lesiones y sobrecargas.
Podría estar poniendo motivos y motivos para creer. La gente del Atleti sueña con la Champions, pero creo que para que eso se cumpla debemos empujar todos desde ya. Los jugadores deben sentir que pueden hacerlo, que creemos en ellos y si todos remamos juntos, nadie nos puede ganar. Da igual el estadio, allí estaremos, como los casi 4.000 atléticos que estarán en la grada de Signal Iduna Park. Esto empieza, señores, y queda los más bonito del camino.
