Simeone advirtió antes de que comenzara la temporada, dejó un nuevo mantra, una nueva frase que ya pueden ustedes empezar a utilizar en el día a día. Cuando lleguen al trabajo y se encuentren con el absurdo jefe y su manipulación casi humillante, recuerden que no queremos batallas fáciles. Cuando lleguen a casa y su pareja ha vuelto a hacer justamente lo contrario de lo que estaba en sus expectativas dígansela, para sus adentros. Cuando el niño esté a tiros con las matemáticas y ande a palos con la tabla del nueve, susúrrenle que no queremos batallas fáciles porque él así lo va a entender mejor. Cuando se vayan a la cama y los párpados se le cierren pesados como juicios, que decía el poeta, recuérdenselo antes de dormirse. Y levántense con esa frase. Buenos días, cariño, no nos olvidemos durante el día de que los soldados buenos no queremos batallas fáciles.
Así, cuando el Bayern, el PSV, o incluso otros que vendrán, se acerquen en el horizonte, nosotros no estaremos asustados ni apesadumbrados por la dificultad de la empresa, nosotros sabremos, como ya sabíamos que no dejaríamos de creer, y que creyendo, si se trabaja, se puede, que en la vida no triunfan los que libran batallas sencillas, sino los que son elegidos para las más grandes. Y tal vez no sea del todo así porque la manipulación y la mentira son trampas que nos pueden tentar para escoger el camino fácil, pero mejor ser férreos en los principios y tomar esa sopa horrorosa que nunca nos gustó con el pensamiento claro de que a los buenos soldados no les aguardan batallas fáciles. Así fue siempre para nosotros y ojalá nada pueda cambiarlo.
Estamos preparados para insistir. No queremos batallas fáciles.
26 agosto, 2016
Claro que sí; nosotros queremos retos difíciles, que si conseguimos algo, quedará en la historia.
¡Aupa siempre atleti!
26 agosto, 2016
Uno de tus mejores artículos José Luis… Enhorabuena