No habrá revolución en verano

Lo damos por hecho. Como si llegado el mes de junio el Consejero Delegado fuese a sacar los varios cientos de millones acumulados en estos años para invertirlos en construir un equipo. Ya somos muy viejos. Tanto como para saber que, a pesar del deterioro del vestuario y la evidente necesidad de un profundo cambio en la plantilla, la situación volverá a arreglarse con parches. Un cedido de Mendes por aquí, uno gratuito que no necesitamos por allá, algún descarte del Madrid o el Barcelona, un dinosaurio de treinta y tantos años a última hora, y así hasta completar los cinco o seis cambios de cromos. Y en septiembre seguirán faltando centrales, claro. Hagan pantallazo.

Pero poco más. Que nadie piense en una revolución. Que dinero para fichajes de verdad no hay, pero para poner a vigilantes de seguridad custodiando la placa de Courtois sí. Al tiempo, el Consejero Delegado sigue subiendo posiciones en la Lista Forbes. Quien pueda sumar 2+2 ya sabe por qué en verano el Atleti no invertirá dinero en refuerzos cuando acaba de ingresar 63 millones gastando solo 3. Otros 60 kilos que nadie recordará en unos meses. Pa la saca.

Tampoco hay que ser muy perspicaz para saber que Lino, Camello y Riquelme se perfilan como tres de los ‘fichajes’ del próximo verano. Lo venderán como confiar en la cantera y en la juventud. Y como decisión me parece bien, porque el equipo necesita aire fresco ahí arriba y sangre de la casa, pero como argumento, que no intenten tomar por bobo a nadie. Se recurre a los chavales por su coste cero. En realidad, es más que probable que todavía les falte un añito de rodaje para aspirar a juntar 15-20 partidos con el primer equipo. Veremos.

Porque al Cholo lo de apostar por un canterano cinco domingos seguidos a ver qué pasa no le parece buena alternativa. No vaya a ser que, por sorpresa, descubramos a un futbolista de primer nivel como pasó con Lucas Hernández. Es mejor insistir con Lemar y Saul aunque lleven tres temporadas siendo la intrascendencia más absoluta. Como si sobrasen canteranos en el once o el Atleti actual fuese sobrado de ídolos. Es irreprochable dar oportunidades a un chaval durante varias jornadas seguidas, rinda más o rinda menos, pero sí lo es empeñarse con futbolistas que se arrastran por el campo un día tras otro.

Si lo que resta de temporada, sin títulos que pelear y con el único objetivo de evitar la tragedia de quedarse fuera de los cuatro primeros, pinta a travesía por el desierto; el verano puede ser aún más fastidioso. Los más soñadores -o ilusos, diría yo- ya se están convenciendo de una revolución en la plantilla. No la habrá. Y si la hay, no será como muchos imaginan. Auguro un verano con menos movimiento del que ahora se intuye, por varios motivos: no hay predisposición a invertir en jugadores caros, se van a recuperar algunos de los cedidos, llegarán uno o dos futbolistas libres (sean «usables»o no) y al Cholo tampoco le emocionan los cambios drásticos.

Perdonen el pesimismo, pero uno ya lleva 30 años analizando cómo funciona el Atleti y, del mismo modo que sobre el campo somos el equipo más imprevisible del mundo, fuera del verde jugamos con las cartas boca arriba desde principios de los 90. Todo lo demás es un ejercicio de fe jamás visto hasta la fecha confiando en que el Consejero Delegado piense en las necesidades reales de la empresa que maldirige: un equipo de fútbol.

Foto: Getty Images

Autor: Dani Sanabria

Periodista de Mundo Deportivo. Social Media Manager. Especialista en running y trail running.

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