Morata y Koke

Hace ya un par de semanas del partido contra el Inter en el Metropolitano, pero no quisiera dejar pasar por alto dos cosas que sucedieron esa noche sobre el césped, dos cosas que pueden parecer insignificantes pero para nada lo son.

La primera es por nuestro capitán, al que alguna gente en el estadio cuestiona su juego, y no, no me voy a referir a que esa noche las dos asistencias de gol fueron suyas, me voy a referir a algo mucho más importante que sucedió una vez terminado el partido.

Tras el extasis inicial que siguió al fallo de Lautaro, los jugadores, como siempre acudieron al fondo sur a cantar. Con las palmas en alto entonaban «honrando tus colores por toda la ciudad», todos menos dos, Koke y Riquelme. Señalando al punto donde Roro había fallado una muy clara justo antes del pitido final, el capitán le arropaba y le daba una lección, de como canterano, algún día él tendrá que arropar a los jóvenes. Era mucho más que hablar de una jugada del partido, era transmitir valores atléticos.

¿Y que pinta Morata en todo esto? Pues lo de Morata también ocurrió sin estar él en el césped, y es que cuando Memphis marcó el segundo, el último que le cogió y le besó como si fuera su padre, fue Álvaro. Es su rival por un puesto en la delantera, pero Morata, es un tio de equipo como pocos en el mundo. Tendrá sus fallos cara al gol, pero es fundamental tener jugadores que hagan equipo como él.

Autor: Dario Leiva

Periodista. Colchonero de corazón. Si se cree, y se trabaja, se puede.

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