Morata lleva marcados 16 goles en todas las competiciones, restándole tres encuentros de LaLiga y, como mínimo, uno más en Champions League. Su objetivo debe ser llegar a la veintena de tantos que se le exigen a un delantero del Atlético y, por el momento, el ‘9’ está en el camino de conseguirlo.
Álvaro no es una estrella que te asegure un chorro de goles por temporada, pero es ese martillo pilón que tanto necesita un equipo. Es un delantero que brilla en el contraataque, su virtud es cogerle la espalda al central y, de cara a puerta, está mejorando considerablemente su efectividad. No es titular indiscutible y las lesiones le han apartado varias veces del equipo, pero ahí lo tienes con 12 goles anotados en liga. Si tuviésemos dos delanteros con más de 10 goles otro gallo cantaría…
El caso es que Morata falla una ocasión, se cae al suelo y luego, como buen atlético, se levanta. Falla un penalti ante el Mallorca y, como buen atlético, lo repite para marcarlo. No tiene miedo al fracaso y eso es lo mejor que nos puede dar Álvaro, morirá las veces que haga falta para que el Atleti consiga el objetivo.
El delantero se estrenó en liga con un cabezazo magistral ante el Getafe y en octubre encadenó la cifra de 6 partidos consecutivos anotando gol. Luego fue marcando goles, asumiendo responsabilidades como la de tirar el penalti en la Supercopa de España ante el Barça o sufrir una de las entradas más agresivas que se recuerdan en una final: patadón de Valverde por detrás.
Luego se lesionó y como un kamikaze se presentó en Anfield. Disputó la prórroga, marcó el gol más orgásmico de la temporada y acabó con una rotura fibrilar. Sí, se jugó la pierna por el Atleti. No recuerdo que Lucas, Rodri o Griezmann hicieran eso por nuestro equipo. Tras el parón anotó ante Osasuna y ahora lleva dos encuentros seguidos anotando, con doblete incluido.
Con este texto quiero decir que seguramente Morata no sea el mejor delantero del mundo. Eso sí, es un jugador perfecto para el Atlético de Madrid. Tener a Álvaro en el campo te da energía, garra, presión, lucha y gol. Un delantero que se encara con cualquiera y que defiende al club ante tipos que no lo saben apreciar, como Alexander-Arnold en el córner de Anfield. La próxima vez que falle una ocasión no critiquen al delantero, porque Morata siempre se va a levantar.
Foto: atleticodemadrid.com
