Se acabó la estancia de Memphis en el Atlético de Madrid. El propio jugador lo confirmó en sus redes sociales, donde se despidió del club, sus compañeros y de la afición. Un futbolista lleno de talento, con cañones en las piernas, pero músculos de cristal. Su incapacidad por mantenerse sano más de cinco encuentros consecutivos ha hecho que Simeone no quiera mantenerlo la próxima temporada. Una decisión coherente, pues no puedes confiar en un delantero que no te garantice estar disponible cuando más lo necesitas.
De hecho, su falta de encuentros disputados ha sido uno de los motivos principales por los que no se ha prolongado su contrato, según MARCA (se ha quedado a seis partidos de jugar la mitad que había estipulado en su contrato para renovar automáticamente). Esto, justo al motivo explicado inicialmente, ha hecho que los caminos de Memphis y el Atlético de Madrid se separen definitivamente.
Si tuviera que definir el paso del neerlandés por el club colchonero, utilizaría el símil de una estrella fugaz. Aparecía de vez en cuando, con destellos luminosos en forma de golazos que te ilusionaban como un niño pequeño y hacían pedir un deseo: «por favor, que le respeten las lesiones». Sin embargo, como sucede algunas veces con este fenómeno astrológico, estas peticiones no se cumplían. Cuando parecía que Memphis había conseguido la continuidad que tanto necesitaba, una nueva lesión aparecía, y con ella, un largo proceso de recuperación. Así era muy difícil, por no decir casi imposible. Y digo «casi» porque, a pesar de todo lo explicado, el de Moordrecht ha dejado varios goles icónicos y un par de momentos importantes con la rojiblanca.
Los «zarpazos» de Memphis
En nuestro recuerdo siempre estará su tanto contra el Inter de Milán en los octavos de Champions, que propició el empate de una eliminatoria que se decidió en los penaltis a favor del Atleti. En esa tanda, por cierto, anotó su correspondiente pena máxima de una manera exquisita que ya le gustaría a muchos futbolistas de la actualidad. Parecía que Memphis estaba locamente motivado en la Champions, pues el partido que hizo entrando desde el banquillo ha sido, posiblemente, una de las grandes actuaciones individuales del equipo a lo largo de la temporada. Desgraciadamente, cayó lesionado, una vez más, cuando la eliminatoria contra el Borussia Dortmund estaba en juego, ocasionando una baja diferencial para sus compañeros.
Al igual que ante el Inter, Memphis fue vital en los cuartos de final de la Copa del Rey, donde anotó el gol de la victoria que mandaba a los rojiblancos a unas semifinales para el olvido. Más allá de esos instantes, el «león» neerlandés marcó goles decisivos ante el Celta en la temporada 22/23, o contra Valencia y Rayo este año. Y, por supuesto, es imposible olvidarse los auténticos golazos contra el Sevilla, donde anotó un doblete, o su «long shoot» ante el Granada en la primera jornada de LaLiga 23/24. Lo dicho, un jugador para el disfrute visual cuando está acertado, pero incompatible para un equipo necesitado de un delantero regular. Suerte, Memphis.