Los éxitos, los fracasos y los resultados

La vida transcurre cayéndonos al suelo cada vez que nos levantamos. El amor, las cenas de empresa y sobre todo el fútbol nos mandan a la lona con tanta frecuencia que no hay eslogan de Mr. Wonderful al que apelar. La realidad demuestra que lo excepcional es tener éxito, permanecer mucho tiempo en pie. Eso es algo que los atléticos de mi generación aprendimos bien porque, hasta la llegada de Simeone, fueron tantos años tumbados en tierra que casi todas las fotos de aquella época son apaisadas.

Las derrotas invariablemente conducen a las dudas. Cada bache del Atleti con Simeone nos ha regalado un debate sobre su estilo de juego. A veces incluso con las victorias, porque el estilo del Cholo para algunos siempre estará manchado de antecedentes penales, hasta cuando logra trofeos. Estos debates son el tipo de asuntos que me parece conveniente dejar siempre para otro día, con la convicción de encontrar antes otra cosa en la que perder el tiempo. Los números dicen que el de Simeone es uno de los mejores Atléticos de la historia y, por pereza o practicidad, a mí me sobra. Me cuesta imaginar a aficionados del Chelsea enfrascados en sesudas discusiones sobre si la Champions que ganaron se logró con un estilo de juego aceptable o no. Tampoco creo que los griegos anden muy preocupados por la estética de su fútbol en la Eurocopa que ganaron. Y desde luego tengo la certeza de que mi amigo Defen tiene la conciencia bastante tranquila por la veracidad de las historias que le contó a su compañera de trabajo, antes de llevarla a su cama. Los éxitos siempre nos conducen a las certezas.

Con la caída en Turín llegaron los palos a Simeone. No sólo por el partido, que los merecía, sino que muchos analistas aprovecharon para ajustar cuentas con el estilo de Simeone y su pasión por el resultadismo. El día después de que te metan tres goles y te echen de Champions. Como el médico que, entre calada y calada, te desaconseja fumar. La realidad es que todos, puristas del presunto buen juego y resultadistas, construimos el relato del partido según el marcador final. La noche pudo ser aburrida pero si acabó en comisaría, evidentemente, fue una gran noche que se recordará siempre y mejorará con cada narración. Por mucho que nos envenenen, el fútbol y la vida se analiza en función del resultado, aunque éste dependa tan sólo de que un balón golpee en el poste o entre en la portería. De que un penalti dudoso se pite o no. O de que la rubia del fondo de la barra te sonría o te mande a Cuenca. A partir de ahí construimos lo que ha pasado.

Que Simeone debe evolucionar el Atleti la próxima temporada es obvio. Pero mientras algunos piensan que con mejores jugadores el equipo debe jugar diferente, porque entienden que debe jugar más ofensivo, hasta donde yo sé, creo que con mejores jugadores debe jugar a lo mismo que antes, pero mejor. Defender mejor, presionar con más intensidad y un ataque más eléctrico. La esencia de lo que es el Atleti. Porque si el asunto es que a algunos no les gusta nuestro juego, se me pone la cara de cuando me instan a hacer el cambio de temporada de ropa en el armario. Resoplo, me levanto y la primera puerta que abro es la de la nevera para coger una cerveza.

Cuesta cambiar las cosas, aunque su tiempo haya pasado. Hay jugadores que han finalizado su ciclo y se marcharán, y se necesitan otros nuevos que aporten al colectivo. Más allá de eso, me cuesta teorizar sobre el proyecto. Incluso es probable que el mejor plan sea el improvisado, como el de aquel amigo mío que una noche bajó en zapatillas de estar por casa a tirar la basura y volvió con el tiempo justo para ducharse y llegar al trabajo, resacoso y feliz. Diría que se me dan tan mal los planes que podría postularme como director deportivo del Atleti: media docena de futbolistas fichados en verano y tan sólo uno rinde al nivel esperado.

Es muy fácil criticar ahora la llegada de estos jugadores, tras ver su resultado. Pero lo hacemos porque olvidamos que con los fichajes sucede como con todo en la vida: lo normal es fracasar. Lo realmente extraño es tener éxito.

Foto: Rubén de la Fuente

Autor: Pike Bishop

50% de Bishop and Gittes. La mitad legal, concretamente. En esta vida de lo que realmente sé es de bares y del Atleti. Del resto, un mero aficionado.

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