Era el año de la pandemia y se enfrentaba el Atlético al Leipzig en aquel experimento extraño de final a 8 disputada en Portugal. Perdimos 2 a 1 pero, más allá del marcador, ajustado en las cifras, fue la desagradable sensación de que nunca pudimos plantarles cara, de que fueron superiores a nosotros durante todo el partido. Al igual que el Atlético, era un Leipzig muy diferente a este: apenas sobreviven los Gulacsi, Klostermann o Kampl pero ya no queda rastro de los Upamecano, Angeliño, Laimer, Sabitzer, Dani Olmo…
Y vuelven a enfrentarse Atlético y Leipzig en otro formato de Champions, este recién estrenado que veremos qué resultados da: un solo grupo, 36 equipos, 8 rivales diferentes, cuatro en casa y cuatro fuera, para tratar de clasificarse entre los 8 primeros y evitar así, el play-off “a vida o muerte” (clasificados del 9 al 24) o, lo que es peor, la eliminación directa (clasificados del 25 al 36).
Aunque sus dos primeros partidos oficiales de la temporada (ante el Essen en la primera ronda de Copa y ante el Bochum) los jugó con un 4-4-2 con doble pivote, lo normal es que Marco Rose forme en el Metropolitano con el esquema que ha jugado los dos últimos partidos, Bayer Leverkusen fuera de casa (ojo, que vencieron a domicilio al campeón invicto de la Bundesliga la pasada campaña) y el empate ante el Unión Berlín en casa, y que es, de hecho, el esquema habitual del preparador alemán: un 3-4-2-1, que parece un espejo del utilizado por Simeone en algunas fases de los partidos esta temporada, con dos mediapuntas por detrás de un único delantera como característica más definitoria.
El húngaro Gulacsi defenderá los palos, como viene siendo habitual en los últimos años, Geertruida, recién llegado, o Bitshiabu, Klostermann y Lukeba ocuparán las tres posiciones en defensa; Heinrichs por derecha y Raum por izquierda como carrileros largos; en mediocampo, Amadou Maidara como pivote más de referencia y Kevin Kampl, ese futbolista que apuntaba muchísimo más de en lo que finalmente ha quedado, que tampoco es poco, como hombre más creativo; los dos citados mediapuntas, Xavi Simmons y Benjamin Sesko, oscuro objeto de deseo de varios grandes de Europa este verano, rápidos, verticales, intercambiables, con la portería siempre en la cabeza y el belga Lois Openda como principal referencia ofensiva.
Con una clara tendencia a sacar el balón jugado en ataque y no abusar del pelotazo, son un equipo compacto en defensa que suele estructurarse en pocos metros de terreno, siempre con el equipo muy junto… esa será la principal dificultad se encontrará, probablemente, el Atleti esta noche: saber penetrar no ya una defensa sino un equipo tan compacto.
Un equipo con una mezcla de jugadores, veteranos o no tanto pero ya curtidos en mil batallas ( Gulacsi, Kampl, Klostermann, Raum, Heinrichs…) y de jóvenes (Sesko, Openda, Simmons…) que, por sus virtudes y la política del grupo RB, propietario del Leipzig, volarán más pronto que tarde del Red Bull Arena, dejando un buen puñado de millones en caja.
21 septiembre, 2024
El Atleti venía de eliminar a un favorito, el Liverpool, con una exhibición allí.
Se perdió porque se cometieron varios errores:
Alinear a Diego Costa en lugar de a Morata desde el inicio. Diego Costa ya estaba en plena decadencia y apenas pudo aportar nada. Cuando se volvió a traer del Chelsea a Diego Costa, no era ni la sombra de lo que fue años antes.
Se puso a Llorente de delantero con Costa, en lugar de Joao Félix, entonces al menos algo enchufado y a Llorente en la derecha, como siempre. Llorente rinde como interior derecho, no como delantero.
Y no se aplicó el 1-4-4-2 de siempre, sino que ya se empezaba a usar el 1-5-3-2, con Trippier, que estuvo horroroso, de carrilero largo, con lo cual se dejaban las bandas vacías en cualquier subida del carrilero, algo idóneo para un equipo que corre mucho, aunque no sea muy técnico y cuelgue balones al área.
Además, el equipo llegó muy fatigado. Y los equipos alemanes, con cuatro jornadas menos en sus liga y unas condiciones climáticas más favorables para el esfuerzo sostenido, llegan siempre muy bien físicamente al final de temporada.
Pero el Leipzig no era mejor equipo, para nada, que el Liverpool, ni que el Atlético. Fue una clara oportunidad perdida de meterse, al menos, en semifinales. Un fracaso claro de Simeone que llevó a Morata a salir desairado del club, como la final de Lisboa llevó a Raúl García a salir del Atlético.