Una vez alguien me dijo que lo peor que podías hacer es creerte alguien que no eres. Que la mejor forma de afrontar la vida es manteniendo los pies en el suelo y viviendo la realidad que tienes. Los delirios de grandeza, a veces fomentados por nuestro entorno, son muy dañinos y a largo plazo, certeros.
Como cada verano el Atlético de Madrid empezaba la temporada con “la mejor plantilla de la Historia.” Ya es difícil mantener una racha exitosa como para encima tener cada año la mejor plantilla de la Historia, y no les digo si encima eres el Atlético de Madrid. Porque, corríjanme si me equivoco, el Atlético de Madrid no se ha caracterizado nunca en su Historia por ser un club que fiche estrellas. De hecho, Jesús Gil ganó unas elecciones a la presidencia (las ultimas) por garantizar el fichaje de Paulo Futre, balón de plata ese año y campeón de Europa con el Oporto, algo novedoso.
Los delirios de grandeza te hacen subir, te colocan en una posición en la que jamás habrías soñado estar y te mantienen en una nube hasta que la verdadera realidad hace acto de presencia, y la caída desde lo más alto duele. Hace unos meses publiqué un artículo en el que desgranaba la plantilla de este año, siempre he defendido que esta plantilla no es la mejor de nuestra Historia e incluso no está ni en el top 5 de las mejores plantillas de este club.
Hay cierto colectivo interesado en minusvalorar el trabajo de un argentino que viste de negro y lleva varios años sentándose en el banquillo del Atlético de Madrid. Les interesa magnificar las herramientas de las que dispone ese argentino. Esa magnificación es necesaria para subir el listón de la exigencia, a sabiendas de que lo que exigen es cuanto menos improbable.
Simeone ha conseguido que los colchoneros crean en la magia y que la pidan cada temporada. Simeone ha conseguido que elevemos el listón, y la cabeza, hacia donde nunca habíamos pensado que podríamos elevarla. Simeone convirtió a una promesa como Griezmann en un balón de bronce. Simeone ha hecho que un desconocido Renan Lodi haya llegado a la titularidad con la canarinha. Simeone, al que le quitaron una buena plantilla y le han dado un reto con el que le exigen ganar, divertir y pasar pocos apuros. Simeone el único capaz de ver la realidad e intentar bajar de esa nube a los que se han creído lo que no eran.
Decían que afrontábamos la temporada con la mejor plantilla de nuestra Historia, no hemos llegado a diciembre y nuestro 9 suplente es un chaval del filial con nula experiencia en Primera. No hemos llegado a diciembre y la primera caída de la nube ha llegado. De esto se puede aprender, dejar trabajar y esperar a mayo para valorar plantillas o volver a caer en los cantos de sirena y volver a llevarnos otro palo.
Foto: Rubén de la Fuente
25 noviembre, 2019
Si a unos medios de comunicación tendenciosos, se les une esa parte de la afición, ávida de que le regalen la vista y los oídos, tenemos el cóctel perfecto para que, temporada tras temporada, se produzca el batacazo cuando se confronta a la realidad, para regocijo de los medios y de la afición de su equipo patrocinado.
Pero llegó Diego Simeone, constructor de equipos, moldeando las características de cada jugador para que se adapte al engranaje del conjunto y, sin figuras ni figurines oficiales, convertir a un grupo de jugadores cuasi-anónimos en un bloque competitivo, dando argumentos a los que cada principio de temporada hablan por hablar del mejor equipo de la Historia.
El Atleti no compite en igualdad de condiciones con el reducido grupo de equipos que acaparan todos los títulos, cada temporada es una prueba de fuego y lo más normal es que no se consiga ningún título, digan lo que digan los medios.
25 noviembre, 2019
Aquí para que muchos estén contentos, hay que decir amén a todo lo que el Cholo haga, pues, ¡amén!