La Liga del emperador

«El traje del Emperador» un famoso y estupendo cuento de Hans Christian Andersen, cuenta la historia de cierto rey al que unos pícaros, que decían ser modistas venidos de lejanas tierras, consiguieron engañar vendiéndole un vestido cuya tela era invisible. Naturalmente, la prenda no existía y el monarca paseó desnudo frente a su pueblo. Un pueblo que, por miedo a llevar la contraria al monarca o a futuras represalias, fingía admirar el nuevo traje que su máximo mandatario decía vestir. Todos salvo un niño que nada más ver la imagen comenzó a reír y gritar a los cuatro vientos la realidad: El Rey estaba desnudo.

El Atlético de Madrid sufrió el pasado sábado un vergonzoso arbitraje que influyó directamente en el resultado de su encuentro y, hay que decirlo porque así fue, le quitó una victoria que se había ganado sobre el campo. Así fue, porque lo pudo ver, pero así no se lo han contado. Es inútil que intente debatir hoy algo así en la oficina con alguien que no vio los noventa minutos, con su correspondiente añadido, en directo. Acabaría perdiendo el tiempo. Cualquiera que haya tratado de ver un posterior resumen del Real Sociedad – Atlético de Madrid se habrá dado cuenta que en ninguno hay repetición alguna de las jugadas dudosas o polémicas. Mientras que por ejemplo podemos ver toda la secuencia del gol que hubiera supuesto el 0-2 y se anula por mano de Joao, de manera correcta, el empate apenas tiene una única repetición y desde un ángulo que impide valorar algo más allá de que el balón entre o no dentro de la portería. Por supuesto, la última jugada que origina la falta con la que se cierra el encuentro, y que anula un gol válido al que no se aplica la ley de la ventaja, solo se puede encontrar en el imaginario de cualquiera que hubiese visto el directo o, por si las moscas, lo hubiese grabado. 

Viendo esto, ni me molesto en pararme a buscar el agarrón a Morata cuando éste encaraba hacia la meta rival o los múltiples choques y patadas de un partido táctico y duro. 

No nos debería resultar extraño cuando, años atrás, el presidente que dirige todo este cotarro que se hace llamar «La Liga» admitía en un medio de comunicación que iba a impedir el acceso y la información a todos los medios que opinasen o informasen sin seguir las pautas o, como el lo llamaba, «línea editorial» de La Liga. Las declaraciones en su día se pasaron por alto, aunque muchos ahora, y tras ver una vergüenza de proporciones mayúsculas, rescatan de la hemeroteca. Como también paso por alto, aunque esta si es más recordada, la vez aquella en la que el Emperador Tebas admitió sin una pizca de vergüenza que a su negocio le interesaba que Madrid y Barcelona estuviesen arriba.

Lejos de defender una limpieza del fútbol, el máximo organismo del deporte rey en España amenaza con sancionar a aquellos futbolistas o técnicos que, ya sea en prensa o redes sociales, critiquen la labor arbitral. Si hay mierda se tapa y si alguien intenta airearla se le sanciona. Tampoco debería chocarnos el tema, hace poco salió a la luz que el presidente de nuestra Federación cobraba más en comisiones si dos equipos, solo dos, quedaban en lo más alto de la tabla. Salió a la luz y el implicado lo admitió. Se corrió un tupido velo y aquí paz y después gloria, que en España eso de dimitir lo llevamos fatal.

Así pues, sin imágenes, con los perjudicados amenazados si alzan la voz y los periodistas con el toquecito de que si informan sin ceñirse a la línea editorial de los que mandan pueden ser apartados de las retransmisiones en futuras jornadas, la Liga es una suerte de realidad paralela. Un relato creado y alimentado para que ganen los mismos y se engrosen las cuentas de otros mismos. Una maquinaria engrasada de medias verdades, robos y corruptelas que es vendida como «Mejor Liga del Mundo.» Desde dentro, el NoDo de Tebas nos muestra con un traje caro, ostentoso y estrafalario. Desde fuera, en el resto de Europa, cualquiera con dos dedos de frente nos grita a la cara: ¡Estáis desnudos!

Foto: Getty Images (Imago)

Autor: Marcos Martín

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4 Comentarios

  1. Javier Tebas es la cara visible, pero no es el Emperador, si acaso el lacayo.
    El Emperador va con traje de chaqueta y corbata y hace todos sus negocios desde un palco. El Emperador dijo que quería montar una superliga y en vez de ser sancionado (como hubiera sido cualquier otro), se montó una comedia en varios actos con su lacayo interpretando el papel de enfadado.

    En un mundo donde el dinero es santo y seña, el Emperador manda, ordena y decide, además procura tener a sus allegados contentos y cebarse con el Atleti es algo que disfruta sobremanera toda la becerrada del Emperador.

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  2. Sigo sin entender por qué dais por correcta la anulación del segundo gol de Morata. Hay 6, seis, incluyendo al portero que está de frente, jugadores locales rodeando a Joao dentro del área, y ninguno reclama absolutamente nada. Y ya sabemos qué teatreros, quejicas y folloneros pueden ser los futbolistas profesionales, que se agarran a cualquier posible excusa que les pueda favorecer. El único que empieza a reclamar la mano que nadie ve en vivo, que así es como debe arbitrarse este juego, es el realista con el dorsal 8, que está fuera del área, bastante más atrasado aún que el arbitrucho, y que como ha llegado tarde a todo, quiere salir indemne de su inoperancia.
    De la misma manera, no sé si le da el balón en la mano o no al realista en el empate, pero eso también es gol en mi fútbol, no me importa lo que diga la penúltima gilipollez de norma irracional que los majaderos que desvirtúan este deporte se hayan inventado.
    El relato. La importancia absoluta del relato para construir una realidad paralela con la que convencer a las masas. Esta es una web de periodistas, vosotros debierais saberlo mejor que nadie, cómo los globalistas que persiguen un gobierno mundial de control total, han comprado y controlan todos los mass media para imponer una verdad única sobre una farsa planetaria, sin el menor debate científico, y cómo se ha censurado, injuriado y condenado al ostracismo a quien osara, no ya discrepar, sino solo cuestionar la versión oficial. Pues igual con el fútbol, de influencia planetaria.
    Por lo demás, enhorabuena a M.M. por introducir de forma tan elegante el memorable cuento al artículo.

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    • Como siempre, escribes como los ángeles.
      A ver si voy al campo y nos vemos. Un abrazo.

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