La noticia de que el Fútbol Club Barcelona pagó durante años al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), Enríquez Negreira, ha sacudido al fútbol español. A estas alturas, a nadie debería sorprenderle una información de este calibre. Pero no por predecible deja de ser aberrante. Desde 2016 hasta 2018, el número 2 de los árbitros en España recibió 1,4 millones de euros del Barça para realizar informes sobre los colegiados asignados al club azulgrana. Incluso, en algunos casos, fue el propio Negreira quien trasladaba al trío arbitral al estadio, haciéndoles saber lo que estaba en juego.
Como no podía ser de otra manera, la maquinaria mediática ha puesto el foco en una única víctima: el Real Madrid. En esta ocasión, Florentino Pérez ha enviado a sus voceros para que le hagan el trabajo sucio. De puertas para fuera, la institución de Concha Espina, la supuesta gran damnificada, guarda silencio. No se pregunten por qué. Suele ser costumbre que el oficialismo nacionalmadridista olvide al Atlético de Madrid, subcampeón en las temporadas 2017/2018 y 2018/2019 y tercero en la 2015/2016 a solo dos del campeón. Esta vez tampoco ha sido una excepción.
A nadie parece importarle que al Atleti le hayan birlado la posibilidad de salir campeón en dos ocasiones. Es lógico. En el duopolio que impera en el balompié nacional, todo gira en torno a Madrid y Barcelona. Ellos son los pilares sobre los que se sostiene este tinglado infame. Para ellos, todo. Para el resto, las migajas. Unas migajas que, por otra parte, no son escasas. Por lo menos, sirven para que el vicepresidente primero de la Liga se mantenga callado y ascienda puestos en la lista Forbes a costa de los intereses de su entidad.
Por supuesto, nadie pagará por el caso Negreira. El Barcelona es demasiado grande para caer. Todo se solucionará con el viejo comodín de la prescripción, que a Miguel Ángel Gil Marín tanto le gusta. Los dos clubes Estado del fútbol español seguirán haciendo y deshaciendo a su antojo. Unos, con míticas recalificaciones que les salven de la ruina. Otros, con sus injerencias en el colectivo arbitral. Y mientras tanto, el fútbol español se desangra. Pero no pasará nada. Aquí paz y después gloria. Luego, todos los gurús que hoy defienden la dualidad Madrid-Barça se preguntarán por qué la Premier nos pasa por encima.
Nada cambiará después de este escándalo. Entre otras cosas, porque no es nada que no supiéramos ya. Solamente se confirman nuestras sospechas. Eso sí. Después de esto, jamás se le ocurra despreciar a la figura de Diego Pablo Simeone. En un sistema tan corrupto como este, ganar dos Ligas es una hazaña que, probablemente, muchos de nosotros no volvamos a presenciar. Y no caiga en la trampa del gol mal anulado a Messi. Los arbitrajes de aquella Liga darían para un documental.
18 febrero, 2023
Bueno, esto no tiene nada o poco que ver para que se trate de ensalzar la ficura del Cholo. Este escáncdado que ahora se descubre, no vreo que sea el más grande del fútbol español. En los años 60, ya hab´,íescándalos de mayor dimensión. Pero entonces, no había imeils, mensajes, fáxes,ertc. La culpa de todo esto, la tienen el resto de equipos de la liga; si se uniesen, y planteasen una huelga indrfinida,aunque no se solucionasen todos los problemas, en algo aunque fuera poco, se podría avanzar. Aquí se critica a los dirijentes del atlético, pues bien, esta crítica yo la hago estensible a todos los presidentes de clubes, que no hacen nada por resolver este tipo de escándalos que amí, no me sorprenden, y creo que a nadie. El Madrid, aunque nunca se pueda demostrar, protagonizó durante su falsa historia, escándalos muchísimo mayores que este. Eso lo saben sobre todo, viejos periodistas madridistas confesos que todos conocemos.
18 febrero, 2023
Ahora y siempre Ole ole ole Cholo Simeone!!!
Disfrutemos de lo nuestro.
Aúpa Atleti!!!
18 febrero, 2023
Este «escándalo» parte de la Caverna madridista, la misma que hace unas cuantas temporadas cuando, curiosamente, el Barcelona también estaba líder, lanzó el bulo de que sus jugadores se dopaban. Tras la demanda del Barcelona, el bulo le costó a la Cope una multa de 200.000 euros, pero eso ya no salió en titulares. Que cada cual se trague la papilla que quiera.
Durante décadas (desde los años 40 del pasado siglo), la influencia del merengue en las instituciones ha sido pública y notoria, desde presidentes de la FEF que eran socios del club, como Benito Pico, hasta árbitros como Megía Dávila, pasando por alcaldes, presidentes del gobierno, presidentes de la CAM y presidentes de la FIFA como Blatter.
He repetido hasta la saciedad, el escándalo (y este si es auténtico) del arbitraje femenino, cuyo responsable es una ex-árbitra, casada con el delegado del real madrid y que la pasada temporada, metió en la Champions al equipo merengue con calzador y a la vieja usanza, de penalti inexistente y en el último minuto.
Lo peor de todo es que el equipo más damnificado por las trampas merengues ha sido el Atleti y esto es algo que no va a cambiar en los próximos tiempos.