Santiago Bernabéu pasó toda su vida haciéndose la misma pregunta, y falleció sin encontrar respuesta “¿Por qué hay gente que, teniendo a su Madrid, sigue eligiendo al Atleti?” Fue incapaz de comprenderlo.
La semana pasada se celebró el aniversario del partido que marcaría las bases para la futura creación de lo que hoy es el Atlético de Madrid. El Madrid y el Athletic se veían las caras un 8 de abril de 1903 en la final de Copa de aquella temporada, celebrada en la capital española. La victoria cayó en manos del cuadro vasco, cuyos seguidores fueron increpados y sufrieron la ira de una hinchada merengue que no parecía estar contenta con el resultado. Unos días después, y teniendo muy presente aquel encuentro, unos vascos, estudiantes de minas, fundarían lo que hoy conocemos como Club Atlético de Madrid.
Mas de cien años después, y también un 8 de Abril, Mario pudo sentir lo que aquellos estudiantes sufrieron en su día. Para quién no lo conozca, Mario es un niño de diez años que juega en las categorías inferiores del Atlético de Madrid y que la pasada semana, junto a sus compañeros, se proclamó campeón del torneo Iscar Cup que se disputaba coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa. Allí, a pie de campo, un periodista le lanzó una pregunta que escondía un doble sentido “Mario, ¿Del Atleti desde pequeñito?” Un guiño al pasado de Mario en la cantera blanca. Una frase que, pensando mal, podría sugerir la búsqueda de un titular hiriente para la afición rojiblanca. Un titular que saldría, sin que al periodista le importase, de la boca de un niño de diez años. Mario respondió de manera simple: “Yo antes era del Madrid, pero me fui porque no me gustaba nada. En el Atleti me tratan mejor.” Una respuesta parecida a la que en su día pudieron dar los Saúl Ñiguez o Pablo Barrios.
No tardaron en aparecer por redes sociales individuos pertenecientes a la afición ejemplar y modélica. Esos que desprecian la violencia y abogan por desterrar de los estadios a quienes la practican, pero que llevan desde la madrugada del sábado retorciendo hasta la saciedad un relato que legitima el puñetazo de Federico Valverde a Alex Baena. Ellos, dueños y señores de la mas absoluta verdad, insultaron a un chaval de diez años. Ellos, moralistas de todo a cien, increparon a un niño que osó decir que no al único y verdadero camino.
Mario probablemente no sepa que ha escogido el camino difícil. El que le obligará a dar el doble para levantar un título. El que le privará de levantar un balón de oro, pregúntenle a Griezmann si no. El que le hará sentirse ninguneado a pesar de tener nivel igual o mejor que muchos de esos otros que acaparan portadas. Mario probablemente no quiera todo eso. Quizá, lo único que quiera Mario es que lo traten mejor.
Foto: as.tv
