Es difícil ir en contra de la opinión pública. Poco importa la veracidad de lo que defiendan. La dictadura de la mayoría siempre se impone, aunque esté manifiestamente equivocada. El Atlético de Madrid es un club que experimenta esta tiranía con especial vehemencia. No basta con jugar bien; la gente tiene que creer que es así. Ese proceso de persuasión es todavía más complejo que alcanzar un buen estado de forma, pues requiere de muchas dosis de tiempo y continuidad. Bien lo sabe Koke, que todavía se exhibe por los campos de Europa mientras algún supuesto entendido cuestiona su influencia sobre la cancha.
Un nueva víctima está padeciendo los síntomas de este curioso fenómeno: João Félix. El caso del portugués es todavía más particular. De él se hablaron maravillas cuando su rendimiento no alcanzaba, mientras se le ha exigido más cuando ofrecía sus mejores prestaciones. Su actuación contra el Barcelona parece haber abierto los ojos de quienes cuestionaban su valía, pero la mejoría de ‘O Menino’ no es flor de un día. La temporada pasada ya demostró ser uno de los futbolistas más valiosos de la Liga cuando su tobillo derecho no le obligó a parar. Con él a los mandos, el Atlético de Madrid volaba. Lejos quedaban las voces que ponían en tela de juicio la confianza que tenía Simeone en su talento. Sin embargo, bastó una lesión nunca sanada para recuperar los viejos mantras.
Ninguna falacia ha calado más que la mentira mil veces repetida de que al ‘Cholo’ no le gusta João Félix. Se necesitarían horas y horas de investigación sociológica para comprenderlo. Algunos se ceñían a cuestiones meramente futbolísticas. Otros iban más allá y aludían a problemas personales con el luso. No se puede esperar ningún tipo de ética de quienes llegaron a dudar sobre la importancia que daba Diego Pablo a la vida de uno de sus jugadores. Lo que sí impacta es la facilidad con la que esos mensajes fueron impregnando el imaginario colectivo de la afición rojiblanca.
Entre tanto, el técnico argentino ha ido moldeando a su joven estrella. La relación cuasi paternalista de Simeone con el ‘7’ colchonero ha pasado por diferentes fases. El ‘Cholo’ le ha reprendido, le ha aleccionado y le ha exigido como el padre que cuida de su díscolo hijo hasta su madurez. Salvando las distancias, uno puede ver entre ambos el tipo de relación que unió a Fernando Torres con Luis Aragonés cuando el ‘Niño’ empezaba a asomar en Segunda. Por entonces, ‘Zapatones’ sometía a su pupilo a exigentes sesiones de entrenamiento y duras estancias en el banquillo. El resto es historia.
La pubertad de João pasó hace tiempo. Desde su regreso, no ha habido partido en el que no haya mostrado un buen rendimiento. Incluso el día del Athletic, cuando el innombrable árbitro de Don Benito decidió purgarlo sin escrúpulos, la verticalidad y el desequilibrio del portugués estaba siendo lo más peligroso del Atleti junto a Yannick Carrasco. Milán y Barcelona solo se han encargado de refrendar lo que es, desde hace tiempo, una verdad indiscutible: João está bien, le pese a quien le pese. Si las lesiones le respetan, este será su año. Que nadie lo dude.
9 octubre, 2021
Bueno, este paripé, lo puede cerrar el Cholo. Si por a caso el menino no jugase bien y , se confía en él, hay que darle la confianza que en su día se le dió a Lemar; ¡ahí están los resultados!