Escrito Por Antonio Rodríguez on Mar 27, 2024 | 2 Comentarios

La Semana Santa está dedicada a Koke. No hay nadie que se lo merezca más que él. Un tipo que cree ciegamente en el Atlético de Madrid, que inculca el sentimiento rojiblanco entre los canteranos y que su pasión por las rayas colchoneras se ha convertido en una religión.

«El Atleti es mi vida», decía nuestro capitán mientras contenía las lágrimas. Koke ha cumplido el sueño que todo aficionado atlético querría alcanzar, disfrutar de los años en la cantera, debutar con el primer equipo, convertirse en un pilar fundamental, ser capitán del club y proclamarse el jugador con más partidos oficiales. Gabi o Torres no pudieron alcanzar ese sueño… algo que sólo está en la mano de Jorge Resurrección.

Koke supone un gran impacto a nivel deportivo para el Atlético de Madrid. Un tipo que ha jugado de enganche, de extremo, de centrocampista puro y ahora de ‘5’. Un hombre de club, un tipo que se sacrifica por los demás, un jugador que prefiere dar un paso atrás para que otros brillen, un futbolista que baja al barro, que hace coberturas y, para mí lo más importante, cuando hay que arrimar el hombro, es el primero. Un futbolista que querría todo entrenador, algo que saben Simeone, Del Bosque, Lopetegui o Luis Enrique… aunque parece que De la Fuente discrepa con los anteriores.

El Atlético de Madrid no se entiende sin Koke. El mayor asistente de la historia colchonera, protagonista en noches mágicas e importantes y al que no le quema el balón en los pies. En su última aparición ante el Inter dio un auténtico recital en el centro del campo, comiéndose al todo campeón del mundo De Paul y al equipo italiano entero.

Koke es el típico futbolista que si fuera inglés y llevara toda la vida en un Arsenal o Chelsea de turno sería leyenda de la Premier League. Aquí, como sólo importa Madrid o Barça, pasa de puntillas. No voy a describirlo como futbolista, pero sí quiero destacar el salto que Koke ha dado como líder del equipo sobre el césped. Tiene esa mentalidad madura, curtido en mil noches europeas, sin miedo a jugar ante nadie y que contagia a los que tiene a su alrededor para seguir remando hacia adelante.

Hay que aprovechar cada minuto de Koke, es difícil que vuelva a salir un canterano como él. Un tipo al que ahora se le ve entregado, enseñando todo lo que sabe a Pablo Barrios, al que guia, protege y aconseja para cederle el testigo para cuando él ya no esté. De momento, eso no va a ocurrir, nuestra leyenda ha renovado y está mostrándole el camino a su pupilo que tiene que recorrer hasta llevar el brazalete… como en su día hizo Gabi con él. El Atleti es esto, una familia. Koke es el Atleti, un familiar más en nuestras casas.