Godín, el brazalete y el escudo en el corazón

«Fuera no iba a hacer nada y dentro podía hacer algo», dijo el uruguayo después de haberse jugado la salud por el Atleti. El jefe indio apretó los dientes, aguantó el dolor y anduvo herido por el terreno de juego hasta anotar el gol de la victoria. Frente al Athletic de Bilbao se vivió una de esas noches que siempre se recordarán en el Metropolitano porque puede ser el inicio de la conquista del liderato de liga y, sobre todo, porque fue el día en el que el faraón se ganó el derecho a llevar el brazalete.

Una vez leí que un capitán es aquel que salta al campo portando los cuatro escudos de su club: el del pantalón, camiseta, brazalete y, el mejor de todos, el que lleva bordado en el corazón. Es decir, una cosa es salir al campo con el escudo en el brazo y otra, muy distinta, es ser un capitán y dar ejemplo. Pues el pasado 10 de noviembre tuve esa sensación, como si Godín se hubiese liberado. El uruguayo abrió los brazos y se dejó caer en el césped con una sonrisa, sabiendo que por primera vez había ejercido de verdadero líder, que nos mantenía vivos en el campeonato.

No tiene ADN colchonero, pero defiende a muerte las rayas canallas de los colchones. No se ha criado en Majadahonda, pero su cabezazo en el Camp Nou le hizo entrar en nuestra historia. Se ha partido la ceja, los dientes y ha dado todo por defender a los atléticos. Cuando Griezmann pensó en irse, él acudió a su casa junto a Simeone para «charlar un poquito». Cuando la afición criticó al francés, el uruguayo corrió hacia el Frente para decir que se quedaba. Ahora es el capitán, se lo ha ganado a pulso y, lo mejor de todo, sus compañeros lo tienen como un ejemplo.

El próximo partido será una final para los colchoneros ya que le pueden arrebatar la primera plaza al F.C. Barcelona si les consiguen ganar en casa. Un lance que llega gracias al espíritu de Godín, pese a que él no va a poder disputarlo, el Atlético de Madrid tiene una oportunidad de oro para ser líder de liga. Las cosas suceden por algo y el empeño del jefe indio tiene que tener el premio que se merece, porque la faena aún no está acabada. El uruguayo escribió una nueva página en la historia del club aunque, eso sí, ahora como símbolo y capitán de todos los atléticos. Gracias, faraón.

Autor: Antonio Rodríguez

Periodista digital, de papel o de lo que sea, pero siempre reinventándome. Escribo sobre lo que me gusta y lo comparto con vosotros. De Almería. Música y mucho Atleti. Si se cree y se trabaja, se puede.

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