Querido Griezmann, nadie te pedía que te quedaras para toda la vida pero, por lo menos, no te rías de nosotros. Me considero uno de esos aficionados estafados por tu egoísmo, de los que depositamos la confianza en ti y creímos que nos ibas a hacer tocar el cielo tras un asqueroso documental que no gustó a nadie. Solo espero que nos volvamos a ver en el campo y que el karma decida.
Supongo que ser el ‘17’ de un equipo te llenará más y entiendo que te llame la atención bailar a merced de Messi, no lo dudo. Todos esos motivos eran suficientes para que cogieras la puerta y te fueras; lo han hecho muchos exjugadores nuestros y tú has demostrado no llegarles a la suela de los zapatos. Ellos se marcharon como caballeros, tú como un niño que tiene miedo y que sabe que está haciendo las cosas mal.
El cabreo viene de lejos, Antoine. Has ninguneado nuestro al Atleti cada vez que te vendías en una entrevista en Francia, has traicionado a tus compañeros en el terreno de juego y, encima, has tenido la poca sensatez de cobrar 23 kilos este año para pirarte en una temporada, casualmente a partir del 1 de julio. Una obra de arte hecha por una mente tan mezquina como la tuya.
“¡Mi afición, mi equipo, mi casa!”, éstas eran tus palabras hace poco más de un año. Luego, ante el Dortmund, portando el brazalete, besaste el escudo delante de todo el estadio. Un cuento demasiado bonito que se truncó el día que empezaste a mirar de reojo a las nuevas pretensiones del Barcelona. Y sí, nos dejaste tirados a mitad de temporada. Desde ese momento tu rendimiento bajó muchísimo, hiciste el ridículo en Turín y en liga ibas a medio gas. Un campeonato que peleábamos ante tu nuevo equipo. Una vergüenza mayúscula.
Quiero que sepas que se te han perdonado desplantes hacia la grada, no aparecer en partidos importantes y, sobre todo, fallar un penalti en la final de Champions. La gente dio la cara por ti, te defendió y te aupó hasta ser lo que eres, un futbolista de talla mundial con una confianza enorme. Vas a ser recordado por fallar ese disparo en Milán y por dejar, como siempre, las cosas a medias. Aquí ya no te queremos, Antoine. Adiós y hasta nunca.
Foto: Rubén de la Fuente
30 julio, 2019
Cuanta razón…y era de esperar sonaba todo a cuento chino de ramos hubiera preferido hubieras acabado en la conchinchina 🙂 pero lo mejor no es recordart es ya no tener que aguantarte ni en la real…solo t falta acabar en tu Madrid, mas falso que cualquier amistoso con rival digno