Hay noticias que te alegran el día y otras que te motivan para lo que queda de mes. Señores, Diego Costa ya entrena con el grupo, toca balón y corretea por Majadahonda como uno más. El horroroso mes de enero está quedando atrás y ya sólo queda mirar a lo que viene.
El regreso de Diego Costa es un subidón de adrenalina para la Champions y una motivación para el resto de compañeros. El delantero llega transformado en Black Panther, cual héroe de Marvel, para liderar la batalla de Liverpool y guerrear todos los cuerpo a cuerpo contra Van Dijk. Un referente que libere a Correa y Morata, un líder que guíe a los suyos a morir si es preciso.
Pero toda esta motivación se puede acabar si al de Lagarto nadie le para los pies. El jugador ha volado en sus plazos de recuperación, ha vuelto dos semanas antes de lo previsto y, viendo su historial, temo que fuerce unos minutos ante el Valencia y se rompa. La Pantera juega con el corazón y, en este caso, Simeone debe saber cómo calmarla.

No hay que correr ningún riesgo porque todas las prisas pueden hacer que sus músculos exploten en mitad del partido y, como ocurrió en Lisboa, tengamos que ver a Costa pidiendo el cambio en el minuto 8. Ahora mismo, la Pantera tiene 12 días para prepararse para la batalla, afilar las garras y demostrar esa versión peleona y macarra que tanto encandila a la hinchada.
La enfermería debería ir vaciándose poco a poco. Koke y Diego ya están ejercitándose con el grupo; parece que Giménez y Arias volverán la semana que viene y Morata acudirá por los pelos a la cita europea. Joao deberá esperar hasta Anfield. Simeone tiene que saber calmar el ansia de los jugadores y motivarlos para que revienten el partido del año. ¡Quedan 12 días, muchachos!