El mejor gol del mundo

Ni siquiera el hecho de abrirme una cerveza o ponerme la rojiblanca hace que los partidos por televisión se me acaben haciendo largos y pesados. La visita del Sevilla fue un golpe en la memoria al recordar que llevamos más de 300 días sin pisar nuestras gradas, sin ver a nuestra gente y sin celebrar goles con la pasión desenfrenada que únicamente te da la visita, casi religiosa, al estadio.

Otra victoria, con sus respectivas quejas, lloros, lamentos y pataletas. El “si se encierran es imposible meterles, esto no es fútbol” se ha convertido en el nuevo “no vale a potrón” que utilizábamos en la calle cuando veíamos que el baño era considerable y no podíamos hacer otra cosa. Pero eso fueron únicamente tres puntos. Lo que verdaderamente muchos celebramos, y bien, fue el gol de Saúl.

Una de las cosas que más me gustan es sentarme a escuchar batallas, historias y leyendas de gente que lleva muchos más años en la grada que yo. Esa gente que ha ido apuntalando el pasado, manteniendo un presente y construyendo el futuro de lo que hoy somos. La experiencia da un grado, me dijo una vez una persona. Ese tipo de personas curtidas en tiempos en los que los futbolistas eran aficionados que anteriormente había estado en la grada. Que se paraban a echarse las fotos o firmar lo que hiciese falta al termino de entrenamientos o partidos. Con más pinta de albañil que de estrellas de rock y con una comunión excelsa con sus aficionados. Si a un niño de hoy le cuentas que, no hace demasiado tiempo, podías encontrarte con futbolistas del Atlético de Madrid tomando café junto a ti en uno de los múltiples bares aledaños al Calderón te llamarían loco, pero eso ocurría.

Al término del partido, Saúl volvió al micro. Igual que en Cornellá. Lo que a continuación sucedió me hizo incorporarme aún más de mi asiento y empapó de gasolina la llama de la esperanza porque el fútbol vuelva al cauce que nos enamora. El ilicitano defendía ante medio mundo que no todos los aficionados son iguales y que hay una clara distinción entre hinchas y espectadores. Daba las gracias a los que en momentos difíciles seguían remando por y para su gente y recordaba que los futbolistas no son dioses y si personas.

Uno se iba a la cama contento por la victoria e ilusionado por ver que aún queda gente poniéndole fé, humildad y trabajo desinteresado para que la llama del fútbol autentico siga iluminando. Orgulloso, porque en nuestro Club haya jugadores que sean dignos y representen fielmente lo que su hinchada pide y valora. Unos se fueron a la cama felices por los tres puntos, otros vieron como su teléfono se inundaba de whatsapps de felicitación porque, a pesar de no ser futbolistas, habían marcado el mejor gol del mundo. En un mundo del fútbol en el que abundan reproches, quejas e insultos constantes, elijo ser Replicante.

Foto: Getty Images

Autor: Marcos Martín

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3 Comentarios

  1. De todo lo que has escrito Marcos, elijo una palabra. La de Replicante. Fui a la Wiki y busqué su significado más extenso y me encontré con que este adjetivo tenía muchas acepciones. Por ello me quedé con la primera. «Adjetivo. Esta palabra en la actualidad se encuentra desusada, la definición de replicante hace alusión como participio activo de replicar que quiere decir el que replica»…..
    Eso, el que replica.
    Y en este mundo del futbol y más en el de nuestro club, muchas veces tenemos que convertirnos en eso que tú señalas. Replicar, casi siempre.
    Se nos critica por todo, hasta por ganar. Que yo creo que es lo que mas molesta en estos momentos.
    Cuando replicas lo haces convencido de que alguien está equivocado, la mayoría de las veces. Otras es por la razón de que ese alguien al que replicas, lo que le mueve en sus afirmaciones son producto del desdén o muchas veces del desconocimiento. Hay de todo.
    Yo, lo reconozco, replico mucho.
    Replico cuando a nuestro club se le trata de club segundón, cuando lo único que hemos pretendido ha sido competir para ganar.
    Replico cuando a nuestros jugadores se les trata de poco menos que de auténticos carniceros, cuando ayer vemos una final de Supercopa donde en algunas jugadas solo falto el karate y los medios de comunicación los consideran «superleones».
    Replico cuando una Federacion de la Historia del Futbol nombra a nuestro entrenador mejor entrenador de la década y montan un programa de radio de casi una hora de duración, para que ellos con sus apreciaciones no le consideren como tal, valorando tres años de Zidane, cuando lo que esta Federación ha valorado ha sido una década. No entienden que como en un combate de boxeo a diez asaltos, el rival me puede ganar tres asaltos, pero si yo gano los otros siete, ya sea por puntos o por incomparecencía del contrario, el ganador soy yo.
    Y como estás muchas.
    Hasta hay un sector de aficionados rojiblancos, que continuan con sus criticas hacia la forma de jugar del equipo, como si además de estar lideres tuviéramos la obligación de jugar siendo Brasil del 70.
    Menos mal que como tu dices existimos los Replicantes.
    Salud.

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  2. Hola, para mí Saúl es de los mejores futbolistas que he visto, de hecho prefiero a Saúl cojo que a otros muchos e incluso tampoco me parecía para tanto ese «bajón» que se ha comentado.

    Siempre digo que si jugasen 5 Messis y 5 Ronaldos contra 5 Saúl y 5 Raúl García habría que ver quién gana ese partido.

    Discrepo en lo de carniceros y golpes de karate del athletic, hicieron muchos agarrones que es lo que menos daño hace aunque sí que merecieron más tarjetas. Golpes de kárate sólo vi uno y no fué del athletic.

    Un saludo

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    • Hassansudeim, yo no digo qué hubiera karate, si no que «en algunas jugadas solo faltó el karate».
      Pero si me pareció, por ejemplo, que lo de Dani Garcia fue un goteo de entradas, que culminó con un cabezazo que pudo haber evitado a De Jong. Entra sin posibilidades de llegar a jugar ese balón. Y otra cosa en esta jugada, la actitud de De Jong no escenificando demasiado el cabezazo es de quitarse el sombrero.
      Y que lo de Villalibre a Messi no es carga y si es amarilla por desviarse de su camino para interrumpir la carrera de Messi. Y lo de Messi es roja, sin lugar a dudas.
      Esa jugada, ya digo, para mi es roja a Messi y amarilla a Villalibre.
      Los agarrones no hacen daño, estoy de acuerdo, pero cada vez que lo hace uno del Atletico es amarilla.
      Lo vi así y aunque discrepemos, son solo puntos de vista.

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