El debate se terminó. Morata entró en su presentación agarrado del brazo de su abuelo, colchonero hasta la médula, vistió a sus niños de rojiblanco y salió por la puerta recordando historietas junto a su maestro Manuel Briñas. Ya está, no sigan, es oficial y a partir de ahora criticar al ‘22’ del Atleti significa echar piedras sobre nuestro tejado, sobre el equipo de Simeone.
Con la plaga de lesiones está costando sudor y lágrimas mantenerse cerca de la cima de la Liga, hasta el punto que cualquier despiste puede hacer que todo acabe en la basura. Madrid y Barça salen ganando si nos ven discutir, la Juventus coge aire si ve que pitamos a nuestro delantero y, en definitiva, el partido a partido se esfuma si nos dedicamos a criticar a Morata en cada balón que toca. Simeone, Griezmann y Koke dieron el O.K.; es decir, los pesos pesados querían la vuelta del madrileño y ahora todos remamos en el mismo sentido: ver a un Atleti campeón.
Las batallas hay que ganarlas estando unidos, sin ninguna fisura. Al madridismo le hierve la sangre ver a Morata vestido de rayas y ya han empezado una campaña que ensalza a Benzemá como el ‘mejor 9 del mundo’. De hecho, es lo primero en lo que pensaron tras el partido ante el Espanyol. Muy común en el equipo de Concha Espina, sacar pecho de Modric cuando Cristiano no está, o del francés cuando Morata se ha convertido en indio. Nosotros, en cambio, no tuvimos que explicar a nadie que Oblak es el mejor cancerbero del todos.
Los madridistas ya tienen en mente el derbi y parece que tienen algo de miedo en que Morata se estrene ante los suyos, en el Metropolitano, marcándole un par de goles. En Chamartín están nerviosos y eso se huele en el día a día. Nosotros tenemos que centrarnos en el encuentro ante el Betis, en sumar tres puntos, en seguir invictos y en que Morata se adapte lo más rápido posible al esquema del Cholo. Lo demás es paja. Déjense de líos y discusiones absurdas, el ’22’ ya es ‘uno di noi’, entre varios de los mejores equipos del mundo eligió estar en el Atleti y, lo mejor de todo, sabía perfectamente que iba a hacer estallar una bomba entre los vikingos.
¡Bienvenido, Álvaro!
Foto: atleticodemadrid.com