El Cholo, Galeano y los «carasucias»

Como en la casa de Gran Hermano, en el Atleti las cosas se magnifican. Para lo bueno y para lo malo. Es un gen. Somos triunfalistas en la victoria y catastrofistas en la derrota. Y claro, ahora estamos en esa segunda fase. Porque el partido del Villarreal ha escocido como si de un golpe definitivo se tratase. Tal vez por inesperado tras esa jornada inicial tan brillante. O quizá por cómo se urdió la derrota, con todos los fantasmas del curso pasado sobrevolando el Metropolitano: la defensa de cinco que ni gusta ni convence, la nulidad de ideas a la hora de construir fútbol, la apatía en la presión que por momentos se transforma en indolencia y dejadez… Demasiados síntomas reconocibles para un equipo que había logrado devolver la ilusión a sus aficionados a base de amistosos de verano. Qué poquito necesitamos.

La cuestión es que a los treinta minutos de partido ya había runrún en las gradas. Más de uno lo veía venir. El Atleti, inoperante, concedía al Villarreal la iniciativa, el balón y el terreno. Porque hasta la divisoria (y más allá) el conjunto amarillo avanzaba a su antojo y sin oposición alguna. Lentos pero fiables. Cuesta entender que, siendo local, el Atleti facilite tanto a su rival llegar hasta la línea de tres cuartos. Ya allí comenzaba la presión rojiblanca. Y claro, al recuperar el balón el futbolista más adelantado estaba en campo propio, a 60 metros de Ruli. Un desierto. Las líneas tan juntas atrás y la presión asfixiante del Villarreal (ellos sí) solo dejaba una solución: balonazo arriba. Y vuelta a empezar. Albiol otra vez, a ritmo cansino, aguantaba la pelota y dejaba pasar el tiempo. Joao Félix y Morata, incrédulos, se miraban sin poder presionar por prohibición expresa del Cholo. Todo bastante dantesco.

Estando en el mes de agosto, la derrota es lo de menos. Dolieron las formas. Porque a esa torpeza en el juego –inexplicable ya para un bloque veterano que se conoce bien– se le une una actitud por momentos reprochable. No queda nada de aquel Atleti que arrollaba a sus rivales por puro derroche físico. Por ganas. Ya no somos los que más corremos. Se nos ha olvidado morder, estamos faltos de carácter, de ambición y de voluntad. El equipo se conforma y se deja llevar hasta el punto de que adolece de una desidia difícil de explicar. En resumen, «se está negociando el esfuerzo». Y eso va contra nuestros principios.

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GETAFE, SPAIN – AUGUST 15: Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid en el arranque de LaLiga Santander, partido entre Getafe CF y Atletico de Madrid en el Coliseum Alfonso Perez. (Photo by Denis Doyle/Getty Images)

Quizá sea el corsé del sistema 5-3-2 en el que el Cholo se empeña una y otra vez. La obsesión por no perder la posición, por ser piezas de ajedrez antes que futbolistas. Y es que ya lo decía el inolvidable Eduardo Galeano en su magistral El fútbol a sol y sombra. «El juego se ha convertido en un espectáculo secuestrado por la pizarra. Menos mal que, de vez en cuando, aparece en las canchas algún descarado carasucia que comete el disparate de gambetear a los rivales y lanzarse a la prohibitiva aventura de la libertad». Era 1985.

Han pasado 37 años y por culpa del «libreto» hoy todavía Carrasco pierde su potencial ofensivo para hacer de lateral izquierdo, Llorente su velocidad para equilibrar un trivote que no funciona, Lemar su creatividad por diluirse en un esquema donde no existe su posición y Joao Félix su magia por ser prisionero de un engranaje futbolinesco. Quizá la solución sea más sencilla de lo que parece: olvidarse un poco de la pizarra y dejar a los «carasucias» jugar al fútbol.

Foto: Getty Images

Autor: Dani Sanabria

Periodista de Mundo Deportivo. Social Media Manager. Especialista en running y trail running.

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3 Comentarios

  1. Yo no creo estar capacitado para enmendar la plana a ningún entrenador. Creo que las soluciones fáciles y simples traen problemas grandes (de no ser así cualquiera sería entrenador de élite).
    Yo he escrito que fue un partido pésimo, aún así, nos ganaron por un error grosero de un futbolista recién llegado, que para más inri, no estaba exigido, y por unos milímetros que dicen gol o no, sin tener seguridad en uno u otro sentido. Así pues, entiendo y quiero creer que la moneda caerá mucho más de cara que en esta ocasión. Ya hay por ahí un exdirector de periódico deportivo que culpa a Simeone de los comportamientos violentos de algunos y en fin…

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  2. La afición debería darse cuenta de que el crecimiento del Atletico no conlleva que se haya acortado la diferencia que existe en el potencial económico del que dispone el Atletico y el que cada año tienen Real Madrid y Barca.
    En estos diez años de Simeone, cualquiera de los dos gigantes del futbol español ha dispuesto de más de 2.000 millones en relación al presupuesto que ha manejado el Atletico.
    Por ello creerse que el Atletico tiene capacidad para optar al titulo de Liga, es una utopia.
    Si el Atletico es el que mas cerca está, los que vienen por detrás, tampoco tienen la posibilidad de que su presupuesto refleje que su acercamiento se acorta con la llegada de una nueva temporada.
    Todos esos equipo, al que tienen más cerca es al Atletico y ven que ese acercamiento, se acorta.
    Son nuestros verdaderos rivales.
    Y en los últimos diez años Simeone ha sabido ganar sus Ligas particulares.

    Luego está lo de que jugar a ser entrenador, es un deporte nacional.
    Nos sentamos delante del ordenador y lo mismo que a un profesional le cuesta estar rodeado de un equipo técnico cualificado, que le ayuda a preparar un partido conociendo muy de cerca a toda su plantilla y un gran numero de veces no se acierta con el planteamiento de un partido, ya que el rival también juega, estos aficionados que no manejan en conocimiento, ni siquiera una milésima del uno por ciento de esa plantilla, pretenden organizar un equipo estando detrás de una pantalla en su casa.
    Asombroso.
    Valoran y tasan a un jugador hasta por un video de escasos cinco minutos.
    Son unos genios.
    Espero que en sus profesiones no desentonen y que si aquí con lo poco que se ve de los entrenos de los equipo, les basta para hacer a un equipo campeón, con cuarenta horas como mínimo de trabajo semanal, en donde trabajen las acciones de esa empresa estarán por las nubes.
    El perder y el ganar, sucede a los mejores en todos los deportes.

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    • Acabas de describir al 99% de la aficion del ATLETI de hoy en dia,todos son entrenadores,economistas,directores deportivos,y a la minima estamos despotricando.Se gano en Getafe,que buenos somos,se perdio con el Villareal hay que hechar a todos.Como le ganemos al Valencia algunos ya nos dan como campeones.

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