El Atlético de Madrid debe jugar mañana de gris, la equipación talismán. Desde que hemos arrancado la temporada, los mejores recuerdos a domicilio los tengo con el gol de Correa en Bilbao, la goleada en Praga o el gol in extremis en París… y todos, curiosamente todos, fueron con la segunda equipación.
Simeone es una persona de energías y supersticiones. Un tipo que se viste de negro en cada partido y que, en el partido más difícil de la historia, hizo jugar al Atlético de Madrid de color amarillo para ganar una liga en el Camp Nou. De hecho, si nos ponemos a repasar resultados, los únicos partidos en los que el Atleti salió puntuando en el Barcelona fue vestido de negro, azul marino o amarillo.
Para tener un recuerdo del Atlético de Madrid ganando en Barcelona portando la rojiblanca tenemos que retroceder 18 años. Un época donde el equipo daba pena, marcado por la irregularidad, pero pisaba el Camp Nou y se transformaba… eso, y que Fernando Torres tenía cogida la medida al equipo blaugrana.
Ahora el Atleti necesita ganar y puede hacer el regalo perfecto a sus aficionados: una victoria para salir campeones de invierno. El equipo de Simeone debe dejarse la vida en Montjuic, sabe que tiene una oportunidad de oro de dar un golpe sobre la mesa y mostrar su candidatura para ganar esta liga.
