El Atleti juega todos los días

Dice Cochise, uno de mis twitteros favoritos, que el Atleti juega todos los días. No existe definición más certera para explicar el sentimiento rojiblanco. Y es que asistimos a una época tan indecente y obscena para el fútbol español que es menester vestirse de corto a destiempo y batallar sin esférico de por medio. Toca defender al equipo de lunes a domingo, juegue donde juegue, en un estadio de fútbol, en los diarios deportivos, en los institutos o en la plaza pública digital que se ha convertido Twitter. ¿Pero defenderlo de qué? Es sencillo, de quienes sienten amenazados sus intereses y espacios de poder.

Porque el Atleti representa, ante todo, una gran amenaza. Es un sujeto inesperado que lleva demasiado tiempo merodeando por el barrio, la aluminosis que agrieta los cimientos del lobby nacional del balompié. Es Leonardo DiCaprio trajeado en la primera clase del Titanic, compartiendo mesa con los ricos mientras le miran con desdén. Su presencia molesta, claro. Y por este motivo, entiendo, llevamos ya varias semanas tratando de justificar arbitrajes impecables. La maquinaria ya está funcionando a pleno rendimiento para escribir otro capítulo más de ese relato único que no contempla otro final que no sea el aclamado por el gran público. Siempre tienen que ganar los buenos, recuerden que esto es Hollywood, no fútbol.

Por si volvemos a tener la desfachatez de cambiar el guión de la película, como en 2021, el operativo ya está preparado. Hay parón de selecciones, muchas horas de tertulia que ocupar y páginas en blanco sin goles que contar. Es un momento perfecto. Y la maniobra propagandística bien sencilla, de primero de Goebbels. Inventamos un discurso mentiroso que cale entre los fieles. A continuación lo repetimos hasta la saciedad para convertirlo en dogma, falseando reglamentos, intenciones y lo que sea necesario. Después se procede a la coacción colectiva para que el mensaje se filtre a todos los rincones convenientes. Y por último, se aguarda el margen suficiente hasta lograr el efecto deseado.

Por eso me temo que al Atleti le esperan jornadas complicadas en las próximas semanas. No está en el guión poder levantar otro título en tan corto periodo de tiempo. No es nuestro turno. Y el lobby necesita este año más que nunca su final feliz, porque no lo tuvo el pasado. Por eso el Atleti juega todos los días y aquí estoy yo un martes cualquiera, vestido de corto a destiempo, advirtiendo de lo que se viene. Reorganicemos la retaguardia.

Autor: Dani Sanabria

Periodista de Mundo Deportivo. Social Media Manager. Especialista en running y trail running.

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