La segunda vuelta del Atleti ha derribado sin miramientos los dos discursos que se construyeron en la primera: que falta gol y que el Cholo «bastante hace con lo que tiene». Mágicamente, los males que atormentaban al equipo desaparecieron después del Mundial. Aunque hablar desde el ventajismo es fácil e incluso arrogante, jamás compré aquellos dos argumentos. El Atlético tiene una plantilla con mucha calidad, alternativas y experiencia. Y también con gol, aunque durante meses pareciésemos muñecos de trapo chutando a portería.
Sabiendo que se avecina el verano más tranquilo en años en las oficinas del Metropolitano, y que el equipo apenas necesita dos o tres retoques, ahora solo cabe una reflexión. ¿Qué ha ocurrido para ver dos versiones tan antagonistas de un mismo equipo en tan corto espacio de tiempo? Y dar con la respuesta, claro, para que al comienzo de la siguiente temporada veamos la cara ‘B’ del Atleti y no la cara ‘A’. ¿Por qué un mismo grupo ha pasado de ser un colectivo sin alma, sin ganas y sin espíritu a convertirse en un engranaje perfecto en el que todos cumplen a la perfección su misión? ¿Quién se atreve a despejar la ‘A’?
Me cuesta creer que el clan de los brasileño-portugueses (Lodi, Cunha, Joao Félix, Felipe) pudiera influir tan negativamente en la dinámica del equipo. Son muchos los partidos en los que ninguno de los cuatro tuvieron protagonismo y la imagen fue la misma: actitud pasiva y equipo vacío y carente de ambición e ideas. Entonces quizá la respuesta es el Mundial. Que se estuvieran guardando tan descaradamente para llegar frescos a Qatar. Pensándolo en frío, esa opción es casi más sangrante. Hubiese sido una falta de respeto máxima e imperdonable al club y a sus aficionados. Porque, ahora que llevamos cinco meses disfrutones, conviene recordar que la temporada se tiró a la basura en noviembre. No nos engañemos.
El cambio de estilo es otro de los motivos que puede explicar ese giro tan radical en los partidos. De salir a defender y perder el tiempo como si el objetivo fuese el 0-0 a morder a los rivales desde el primer minuto sin misericordia alguna. Los datos no engañan: en los 14 partidos previos al Mundial -contando Liga y Champions- anotamos 15 goles. Y en los últimos 14 partidos de Liga anotamos 36 goles. Lo dicho: gol no faltaba. Faltaba otra cosa (o sobraba), no sé el qué, pero no era gol.
Da igual. El siguiente paso ya es mirar al próximo curso y tener la suficiente inteligencia para no repetir el escarnio del pasado otoño. Reitero mis palabras: el Atleti tiene muy buen equipo, a falta de reforzar la defensa con dos o tres piezas y algún recambio más ofensivo. Con los ajustes necesarios, sin distracciones y una mentalidad ambiciosa y ganadora desde la primera jornada, este equipo todavía tiene mucho que ofrecer. Solo necesitamos despejar la ‘A’.