Cholo quédate

El Atlético de Madrid se presentaba este sábado en el Santiago Bernabéu en cuadro. Con gran parte de los titulares en la enfermería, muchos (yo incluido) esperábamos que lo que antes había sido la batalla de Stalingrado ahora se convirtiese en la revolución de los claveles. Nos equivocamos. 8 años después aún no hemos asimilado que los derbis ya no acaban en el minuto 1. El Atleti peleó como nos tiene acostumbrados toda la primera parte y solo la lesión de Morata y el penalti que inexplicablemente no pitaron a Casemiro hicieron que el partido no quedase en tablas.

No soy tan radical, en estas líneas no voy a defender la teoría de que el Atlético de Madrid mereció los tres puntos. No lo creo y por tanto no lo defiendo, pero tampoco creo que el Madrid mereciese más. Fue un partido que de haber terminado en tablas hubiera satisfecho a ambos conjuntos y no hubiera existido ningún debate. Desgraciadamente no fue así y estos días será el turno de numerosos debates. Hay muchos, desde las razones para cambiar a Morata o las pocas soluciones que tiene en el banquillo Simeone cuando quieres cambiar algo en el partido.

Fue un buen momento para hacer ver la importancia que tenía un nueve en este equipo y las pocas ganas que tiene la directiva de invertir en la plantilla. No voy a insistir más, quien haya querido ya ha tenido motivos y argumentos de sobra para darse cuenta de la realidad de este club, y ya no hay nada que hacer para quien aún sigue negando la mayor. Me quiero centrar en un hecho bastante importante. Corría el minuto 85, el partido estaba prácticamente acabado y el Madrid volvía a tener la victoria en sus manos. Desde 2012, con gol de Ozil, el Madrid había sido incapaz de rascar una victoria en un derbi liguero ante el conjunto de Diego Pablo.

Los que pedían un derbi decente al fin habían obtenido su recompensa. Es en ese minuto, y con el pájaro bien agarrado con las manos, cuando desde las gradas del Bernabeu se empezó a corear “Cholo quédate.” Sonaba en tono jocoso y a la vez tenía un regusto a rabia contenida. Es curioso, de los muchos derbis que recuerdo en mi infancia, esos en los que era normal y lógico vernos caer una y otra vez sin apenas oponer resistencia, jamás escuché un cantico hacia uno de los múltiples técnicos que tuvimos. Jamás vi al Bernabéu pedir a Aguirre, Abel, Quique, Ferrando, Manzano o Bianchi que se quedaran en el Atleti. Quizá eso dé cuenta de la verdadera grandeza de Simeone. El Cholo ha vuelto a dar un plus a la rivalidad del derbi. Ha devuelto el odio hacia nosotros desde las gradas del Bernabéu. Y ha hecho que el amigo vikingo que antes te sonreía y te daba una palmadita en la espalda esté deseando verte la cara el lunes. Queda mucho trabajo para ponernos en el mismo escalón en el que están los grandes, mucho. Queda mucho para igualar su presupuesto, pero también para ponernos a la altura que ellos tienen en cuanto a influencia, esa influencia que hace que las decisiones pesen más para un lado que para el otro. Queda mucho trabajo, y creo que la única persona capaz de seguir haciendo crecer a este equipo se llama Diego Pablo Simeone. Cholo, quédate.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: Marcos Martín

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1 Comentario

  1. En el fútbol, es evidente (porque hay demasiadas pruebas que lo demuestran) que el Atleti casi siempre ha salido perjudicado por el árbitro de turno en los derbis.

    Sorprende la contradicción que hay entre aceptar esa evidencia, agachando la cerviz, y al mismo tiempo ser partícipe de un fútbol moderno que apela constantemente a valores como el orgullo, la dignidad, etc.

    Me imagino que pasaría si en nuestra vida cotidiana, al vecino de enfrente o al compañero de trabajo les diera por quitarnos algo cada vez que nos cruzáramos con ellos en las escaleras o en la oficina.

    Hace apenas un año, este mismo árbitro, Estrada Fernández, atracaba al Atleti en el propio Metropolitano y frente al mismo rival del Sábado pasado.

    En el VAR estaba otro árbitro que venía de perjudicar al Atleti en la Final de un Trofeo en Arabia Saudí, (a pesar de que se ha tratado de ocultar por todos los medios, hubo un claro penalti del protegido Ramos sobre Correa).

    Con esos precedentes, ninguno de esos árbitros debería haber estado en el partido del Sábado.
    La dirigencia del Atleti SAD ha preferido, una vez más, defender sus intereses personales a costa de humillar al equipo al que dirigen.

    La responsabilidad de Diego Simeone se limita al terreno de juego, pero se ha topado con 11 jugadores pusilánimes que fueron incapaces de recriminar a este mal colegiado, el penalti que se había cometido. Quizá las diferencias entre los equipos de hace unos años y este, vengan por ahí.

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