Tengo que reconocer que últimamente me está ganando José Luis Martínez Almeida, desde las imágenes de su boda con su pañuelo con la bandera del Atleti, la personalización del traje o los números videos cantando nuestro himno hasta su comportamiento en el recibimiento al Real Madrid.
Es muy propio de los políticos ponerse la camiseta del equipo que acude a celebrar, aunque no sea el suyo, solo por quedar bien ante los votantes, y más si el equipo que celebra representa a una buena parte de los votantes.
Pero aunque los jugadores del Madrid, empezaron a cantarle «que se la ponga», no quiso pasar por el aro, antepuso su sentimiento atlético, el respeto a sus compañeros de grada, a fines electoralistas.
Almeida demostró valores, algo que brilla por su ausencia en la política actual y que para él, el Atleti está por encima de muchas cosas. Bravo alcalde!
8 junio, 2024
Ya. Pero luego le arregla lo de los aparcamientos a Florentimo, reforzando al máximo rival…
21 junio, 2024
Y la polítca Ayuso, ¿se comportó de la misma manera en la última liga del Atleti hace tres años?¿Rechazó ponerse la camiseta del Atleti? Parece ser que sí se puso la camiseta del Atlético aún siendo madridista declarada, ante las cámaras de televisión sin pudor alguno. ¡Qué extraño!
Por lo que se ve, en su partido, como en todos, se busca el voto de todos, madridistas y atléticos, se hacen cábalas sobre el impacto que sobre el voto podría tener ese gesto, y se obra en consecuencia. Y, por lo que se ve, al aficionado del Real Madrid no le va a molestar que Ayuso se ponga la camiseta del Atlético como para dejar de votarla, mientras que el aficionado del Atlético seguirá votando en no poco número a su partido a pesar de ser la presidenta blanca declarada. ¿Cómo compensar esto? Pues, por lógica, con un alcalde que haga el teatro o se sincere como rojiblanco. Asunto zanjado.
De todos modos, el voto depende más de lo insensatamente y degeneradamente puta que llega a ser el o la votante. Ya puede ser el político un Ultra fanatizado e integrista violento del equipo que sea que insulte a los de otro u otros, que los aficionados «ofendidos» con su escudo pisoteado y sucio de excremento, seguirán votándole a cambio de paguitas, asignaciones, ayudas, subvenciones millonarias, contratos públicos, subastas, becas, puestos a dedo, puertas giratorias y rotatorias, dedazos, concesiones administrativas, privilegios, prebendas, etc. mientras Dios Todopoderoso no le ponga fin tras la prueba final arrancando la cizaña y quemándola en el fuego del infierno para siempre por tanta irresponsabilidad y insensatez. Cosas de la puta de babilonia democracia, en la que prostituirse por un plato de lentejas es el modo de vida de cada vez más gente, aficionados al fútbol incluidos.