Antimadridismo: antes, ahora y siempre

Está en el gen de nacimiento y supervivencia del Atlético de Madrid profesar el antimadridismo. Ejercerlo activamente, explicarlo, razonarlo, divulgarlo. El Atleti las ha vivido de todos los colores por cometer la osadía de desafiar el pensamiento único, por querer hacerlo con insistencia y naturalidad, por no resignarse al papel que los poderosos perfilan para sus comparsas. La Historia del Atleti es también una historia de antimadridismo bien entendido, pruebas, fechorías y hazañas se acumulan y de todas ellas puede sacarse casi siempre el mismo fondo, un argumento eterno e imperecedero.

Reconozco que a veces dan ganas de rendirse, mirar para otro lado, simular indiferencia. Esto ya ha trascendido la rivalidad deportiva, el Real Madrid se ha convertido en uno de los negocios más rentables de este capitalismo extremo y conviene protegerlo a toda costa. Ya no importa nada. Si el árbitro de la final reconoce al cabo de los años la obviedad que permanecía oculta del gol en fuera de juego, si se fotografía con la Champions tatuada o con las camisetas de Ronaldo, rápidamente la maquinaria mediática comienza a trabajar para enterrarlo todo de nuevo. Nada debe mancillar el discurso del pensamiento único. El penalti de Savic, la incapacidad del Atleti, la camisa negra de Simeone, cualquier cosa vale para que las evidencias de algo que no es nuevo, que sucedió ayer, sucede ahora y sucederá siempre, permanezcan escondidas a los ojos de la gran masa, que debe sustentar el negocio. Superados los límites de la dignidad, ¿qué importa lo demás?

Dan ganas de hacer de Fernán Gómez y decir “váyanse ustedes a la mierda”.

Foto: Getty Images

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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2 Comentarios

  1. Buenas tardes a todos.
    Un saludo a todos los que escriben en las paginas de LVR. Espero que se encuentren bien.
    En el articulo de David Gomez tenía ganas de entrar, pero me cortaba la cantidad de madridistas que hicieron acto de presencia con una mala educación, y no era cuestión de debatir con personas, sobre un tema que si a alguien deberían dedicar sus improperios era a Clatemburg, no a nosotros que fuimos los damnificados. Ellos fueron los favorecidos, según el autor del “delito”.
    Si pasa el tiempo y el autor reconoce su equivocación, que todo aquel que fuera neutral reconocía, no sé a cuento de qué ahora vienen contra nosotros.
    Aunque escuchando la radio y en especial la cadena COPE en su programa nocturno, llegaron hasta la desacreditación profesional de Clatemburg, para justificar el error.
    Lo de “Así, así, así gana el Madrid” no es producto de aficiones resentidas, si no de hechos comprobados. Fue en los primeros años de la democracia cuando esto empezó a airearse por los estadios y es que cualquier afición había sufrido en sus propias carnes alguna “faena” en la cual favorecían al equipo de siempre.
    Errores en el futbol hay siempre, pero lo de este equipo se sale de lo normal. Lo mismo con el vocabulario de sus jugadores para con del arbitro.
    Pongo un ejemplo con un arbitro de los considerados de lo más imparcial y más honesto.
    El arbitraje que hizo Mateu este año en el Wanda entre el el Aleti y el Leganés, no lo hace en el Bernabéu. Hay una “jugada” que repite hasta la saciedad, que si alguien está interesado se la describo. Pero ahora es muy larga y aburriría.
    Un saludo.

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  2. El auténtico antimadridismo es el que conserva la memoria.
    Es aquel que no olvida la amplia lista de agravios y atropellos sufridos por nuestro equipo a manos, o en nombre de ese club, y no solo en el ámbito deportivo.

    Si el madridismo necesita agarrarse al juego tahúr, que le permite jugar con ventaja para seguir alimentando el negocio con títulos impostados y copas regaladas, el antimadridismo debe abrazar al valor primordial del deporte que es la competencia en igualdad de condiciones.

    El líder del nacionalmadridismo recurre siempre al mismo mantra: «Lo bueno para el Madrid es bueno para España».

    No señor, la única certeza es que lo bueno para el Madrid es malo para el deporte.

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