Hablando de la vida en general, hace algunos días, alguien me dijo la siguiente frase: “La gente no cambia, la gente evoluciona”. Y he de decir que, después de meditarla algunos días, estoy bastante de acuerdo con ella.
Si el Atlético de Madrid no se hizo con los servicios de Antoine Griezmann antes de 2014, fue porque el club manejaba informes que indicaban que el francés, al margen de su notable desempeño como jugador, ‘no tenia la cabeza muy bien puesta en su sitio’. Los años y su matrimonio (por cierto, su mujer, Erika, debe ser una santa) parecían haberle hecho sentar la cabeza, pero nada mas lejos de la realidad. Tras llegar al Atlético, poco tardó en empezar a sembrar dudas sobre su futuro: un día era el Real Madrid, otro el Manchester United (el famoso ‘6 de 10’), el pasado año, el Barcelona y el famoso video ‘La Decisión’, hasta que este verano ha llegado ‘la decisión’ definitiva.
Poco se le va a echar en falta en el Metropolitano; desde un punto de vista sentimental, cuando menos. Y esto llama mucho la atención (o no), por una razón muy sencilla: en un mundo, éste del futbol, que saca a relucir los mas bajos instintos de la mayoría de las personas y que ha llevado a que, en los últimos años, casi cualquier jugador con un cierto nivel o predicamento entre la afición que ha abandonado el club ‘buscando otros retos’ (recordemos a Turan, Agüero, Theo o, en otras circunstancias, Courtois) haya sido insultado, vilipendiado y tachado, al menos de ‘rata’ por una parte notable de la afición rojiblanca, decía, en este mundo del futbol el anuncio de marcha de Griezmann ha pasado con absoluta indiferencia. Casi se diría que la afición rojiblanca ha sentido alivio. Y, aunque no fue uno nunca de insultar ni de llamar ‘rata’ a ningún jugador, diría que siento exactamente lo mismo.
Miren que, de todas las formas que pudo elegir para salir, Agüero eligió, posiblemente, la peor; que la de Arda Turan tampoco fue ningún modelo (del famoso “el Atlético es un club con un sentido de pertenencia muy fuerte y yo siento que pertenezco aquí” al no menos famoso “me he cansado de correr”) el listón no estaba muy alto, la verdad. Pero la salida de Griezmann ha superado a todas: qué mal, qué rematadamente mal tiene que hacer las cosas el quinto máximo goleador de la historia del Atlético (y en solo cinco años, que a nadie se le olvide) para que, cuando anuncia su marcha, una gran parte de la afición solo sienta alivio.

Podrías, Antoine Griezmann, si hubieses decidido concluir aquí tu carrera, haberte despedido como los grandes; como lo han hecho, en los últimos años, atléticos de cuna como Gabi o Fernando Torres, extranjeros ‘adoptados’ como Diego Godín o, incluso, hombres con pasado madridista (y, por tanto, recibidos con recelo por la afición) como Juanfran; que esto, llegados a un cierto punto, no entiende ni de nacionalidades ni de canteras. Pero, decidiste, con un año de diferido, no hacer caso al gran consejo de tu (santa) mujer: “En el Barcelona, con Messi, con Suárez, con Piqué, solo serás uno más; en el Atlético serás historia, leyenda para siempre”.
Es más, tu decisión ya estaba tomada el pasado verano pese al famoso documental y a tener a tu afición meses en vilo; y solo la postergó la posibilidad de alzar la Copa de Europa en el Metropolitano este próximo 1 de junio y los 23 millones de Euros te has embolsado, por cierto. Si no, ¿cuál es el motivo (con la absoluta connivencia de la directiva) de bajarte tu cláusula de 200 a 120 millones? Otro hito, otro mojón en tu (no) relación con la afición rojiblanca.
Y, volviendo al sabio consejo de Erika, tu mujer, con Copa de Europa o sin ella, hubieses sido leyenda aquí; hubieses podido ser, entre otras muchas cosas, el máximo goleador de la historia de un club centenario y mítico como es el Atlético de Madrid, ‘de calle’. Y aunque te agradezco enormemente todo lo que, deportivamente, has dado a este club (y no hablo solo de goles y asistencias; hablo también de tu aportación defensiva, no siendo defensa, y de dejarte siempre ‘todo’ en el campo), a una parte de mí le duele estés en esa clasificación por encima de leyendas como Fernando Torres, Joaquín Peiró, Adelardo Rodriguez o Enrique Collar; al menos, me queda el consuelo de que tu inestabilidad (por llamarlo de alguna forma), ha permitido no quedes por encima de mitos como Luis Aragonés, Adrián Escudero, Paco Campos o Jose Eulogio Gárate. Eso sí que hubiese sido una ‘ofensa’; eso sí que hubiese sido ‘manchar’ la historia del Atlético.
Podrías, también, Antoine Griezmann, haberte marchado este verano, o el pasado, o el anterior incluso, después de haber procurado tener una cierta empatía con la afición, con el escudo y con el club y, además de tu fastuoso (insisto) rendimiento deportivo, haber tenido algún gesto más y alguna niñería menos y que (casi) todos nos hubiésemos ‘encabronado’ con tu marcha, como nos ocurrió con Hugo Sánchez, hace ya 35 años; o, en tiempos mas recientes, con Agüero, Arda, Theo, Filipe o Diego Costa marchas, algunas de ellas, que todavía escuecen.
Pero, no, Antoine Griezmann, ni te idolatramos ni nos encabronamos con tu marcha. Simplemente, sentimos alivio, tranquilidad, indiferencia que es lo peor que se puede decir en una relación humana, sea del tipo que sea. Decías en tu video de despedida de dos minutos a la afición rojiblanca (sí, ese que el Atlético te obligo a grabar nada más saber oficialmente tu decisión para evitar otra pantomima como la del año pasado) que “siempre nos llevarías en el corazón”. Nosotros no, Antoine Griezmann; nosotros, no: por extraño que pueda parecer, la afición rojiblanca jamás llevará en el corazón al quinto máximo goleador de su historia. Es la vida. Y cada uno tiene sus prioridades y su forma de comportarse en ella.
28 mayo, 2019
Con Griezmann no está dicha la última palabra si finalmente su destino es el real madrid, opción esta que cada vez toma más cuerpo, según algún medio deportivo.
Yo no culpabilizo a Griezmann por sus «formas», ni estas deben servir para menoscabo de ningún jugador, solo su rendimiento en el terreno de juego debe ser el juez que dictamine su valía y el rendimiento de Griezmann ha sido notable, aunque con unos pocos puntos negros muy determinantes que podrían ser significativos si finalmente acaba en Concha Espina.
29 mayo, 2019
Pues si, un alivio.
Ha marcado 131 goles en 5 años. Una Supercopa de Europa, Una Supercopa de España y una Europa League. Tres titulo con el Aleti. No participó en los mejores titulos, Copa y Liga.Solo en la final de la Europa League se puso al equipo a su espalda, a un mes de irse con la selección francesa donde consiguió su máximo entorchado. Estaba en plena forma, mejor que nunca.
¿Alguien le reconoce algún partido contra equipos grandes donde su trabajo nos haya dado la victoria?
En estos cinco años, ha tirado todos los penaltis, las faltas, le han pasado todos lo balones como si solo tuviéramos ese delantero, y para mí era el que mas recibía el balón en el ultimo pase. ¿Defendía? si defendía en ciertas zonas, nunca montaba un contraataque.
Si hemos tenido 700 oportunidades de gol en estos cinco años, a él le han pasado 600 balones de gol.
Sin él, estoy seguro que haremos más goles.
Con él, las contras en los partidos se reducían a un par de ellas por partido. Ha contraatacado Morata mas en 20 partidos que Griezmann en toda la Liga.
Recuerdo jugadas que me hicieron levantarme del asiento y no fueron de alegría.
Lo de irse al Madrid, que dice CHE, yo lo comparto. Escuchando la entrevista que hizo De la Morena a Florentino Perez el lunes, le hizo una pregunta que creo que estaba preparada, fue la de ¿Alguna vez a usted le han ofrecido a Griezmann? Por supuesto que Florentino contestó que no. La pregunta no había lugar, como dicen los jueces.
Pero un gran periodista como De la Morena, no hizo la siguiente pregunta. La de ¿Usted ficharía a Griezmann?
Puro conchaveo.