El Atlético de Madrid vuelve a la competición este fin de semana. Parece que ha pasado media vida desde la última vez que Mario Hermoso desgañitó nuestras gargantas frente al Valencia. Lo cierto es que han cambiado menos cosas de las que deberían. El maravilloso documental de Simeone nos ha amenizado la espera, pero no podemos perder la perspectiva. El cierre del mercado de fichajes ha vuelto a constatar la triste realidad que vive la SAD desde hace tres décadas. La dirección deportiva no ha podido (o mejor dicho, no le han dejado) solucionar las abundantes carencias que padece esta plantilla desde el principio de la temporada. Las incorporaciones de Reinildo Mandava y Daniel Wass están lejos de dar al Atleti un salto de calidad. Al menos, en el caso del danés, el cambio por Trippier apunta a negocio ruinoso desde el plano deportivo.
El pésimo desempeño de la entidad rojiblanca en el mercado asusta más todavía si se compara con el rival de este domingo. En una situación mucho más compleja, con el club en la bancarrota, el Fútbol Club Barcelona ha conseguido renovar su plantilla de forma sustancial. Dani Alves, Ferrán Torres, Adama Traoré y Pierre-Emerick Aubameyang son los nombres que han llegado a la Ciudad Condal para reforzar a un rival directo por la Champions. Cuesta entender cómo una institución arruinada ha sido capaz de realizar estos movimientos, pero lo cierto es que lo ha logrado. Todo lo contrario que el Atlético de Madrid, que ha vuelto a sumar un período de fichajes con saldo positivo entre ingresos y gastos. Pero no se olviden para verano: antes de entrar, habrá que dejar salir. Los caprichos de la Forbes.
El aspecto más deprimente de este esperpento es que siempre puede ir a peor. Es de primero de ‘gilismo’ mantenerte en vilo por la salida de una estrella para no pensar en la llegada de otros futbolistas. Esta vez, el turno le tocó a un sospechoso habitual. Yannick Carrasco, que ya fue malvendido a China con el plazo de contrataciones cerrado, empezó a sonar en las últimas horas para la Premier League. Newcastle y Tottenham parecían los mejor colocados, aunque Chelsea y Manchester United también estaban en la recámara.
Al final, nada de nada… De momento. Los voceros mediáticos venderán la continuidad del belga como un logro sin precedentes. Es probable que algunos hablen del riesgo que han tomado los ilegítimos dueños sacrificando la economía del club por no empeorar la plantilla. Eso sí, no se sorprendan cuando el mejor futbolista del Atleti en este curso coja un vuelo a Londres en julio. Los jugadores juegan donde sus dirigentes quieren que jueguen. Sea como fuere, Diego Pablo Simeone tendrá que jugarse los objetivos del club con lo que tiene. Él sabe que está solo ante el peligro y que, de haber pitos, estos irán dirigidos exclusivamente a él. Pero lo conseguirá… a pesar de la SAD.
