Corren tiempos en los que se ha desvirtuado en cierta forma la pasión por el fútbol. Vemos aficionados celebrando en México con un autobús el enésimo triunfo de un equipo europeo (que no debe ser nombrado), vemos a los aficionados de este equipo (que no debe ser nombrado) enarbolar la bandera de la lucha contra los clubes estado cuando son ellos el mayor club estado que ha existido en toda la Historia del fútbol y cada vez lo son más. El fútbol se ha convertido en un nuevo elemento de ocio de consumo rápido, la globalización trajo eso, equipos en giras transoceánicas para conseguir acólitos, consumo, clientes, negocio.
En ese contexto, Invasión de Campo (Editorial B), de Alejandro Requeijo, es un homenaje al fútbol con el que creció nuestra generación, el fútbol como pasión sin aditivos, como elemento vertebrador del barrio, de la ciudad, el club como lugar donde juntar a todos aquellos que siendo tan diferentes, pueden compartir un puñado de valores. El libro es un canto al fútbol de grada, un cambio de enfoque, enterrar a las estrellas y a toda la brillantina que las rodea y mirar de nuevo al cemento de las tribunas, intentar entender que es allí donde se alimenta la pasión que, al cabo, sostiene todo el negocio. La estrella es el hincha.
Es un libro que nos rescata aquel olor a césped de la primera vez, los ruidos de la infancia, la adolescencia pintada en una bandera gastada. El fútbol no son once tipos millonarios dando patadas a un balón, no son triunfos ajenos, el fútbol es una excusa para juntar a los hermanos, a los amigos, para enseñar algunas cosas, para aprender otras, para mantenerse fiel a un puñado de principios. Eso es el verdadero fútbol, lo demás es otra cosa.