Retomando hábitos

El Atleti visitaba al Villarreal en uno de los partidos machos de la temporada: por ser un rival complicado, por ser un campo poco propicio, por acumular ya tres partidos consecutivos sin ganar, ocho encajando gol de manera consecutiva, por tener ya a los rivales pisando los talones. Todo eran variables para la urgencia, para el nerviosismo y el equipo lo resolvió retomando viejos hábitos, dejando su portería a cero, recuperando la eficacia de cara al gol. Dos a cero. Tres puntos y a otra cosa.

Simeone cambió varias veces el esquema durante el partido, empezó con un 4-3-3 en el que Koke, solo en el medio, se vio desbordado por el mediocampo castellonense. Retomó el 4-4-2 con Saúl en el doble pivote, para cambiar durante fases del partido al ya acostumbrado 5-3-2, un equipo plástico y práctico que se amolda a las circunstancias que le exige el rival. Así, muy táctico era todo, con movimientos de ajedrez feos para el espectador y que dejaban la pelota en esa franja de terreno neutral en la que no hiere ni duele. En un córner, viejos hábitos, Lemar puso una pelota al segundo palo que remató Savic dentro. El gol era claro, pero el linier lo anuló en primera instancia, pese a que el fuera de juego estaba anulado por más de dos metros, no ofrecía lugar a la duda. Entonces no sé sabe qué estuvo el VAR revisando durante cinco minutos, en los que se mantuvo la incertidumbre de la validez hasta que por fin, mira que les cuesta, concedieron un gol que no necesitaba tanto tiempo ni repeticiones para ser proclamado.

Con el partido a favor, el Atleti volvió a su versión rocosa, Lemar fue uno de los futbolistas más destacados no sólo porque aportaba criterio al juego con el balón, sino porque peleaba como un jabato en tareas defensivas. Una transformación total la del jugador francés. En la segunda mitad, el Villarreal comenzó a estirarse, sobre todo con la intervención de un estelar Chukwueze, que desbordaba y ensanchaba el campo por su costado una y otra vez. El Atleti tuvo una combinación interesante que no concretó, pero a la segunda oportunidad, Joao Félix, que había salido en el descanso en el lugar de un renqueante Lemar, enganchó una volea perfecta desde la frontal que supuso el gol de la tranquilidad. Era el momento justo, para el jugador, que se reconciliaba con el gol y sobre todo para el equipo, que pudo disponer de cierta tranquilidad. Como sería la cosa que Simeone sacó a Suárez en el setenta y cinco para preservarlo de que una tarjeta accidental le impida disputar el derbi. Desde ahí, los de Emery siguieron intentándolo, el Atleti se dejó hacer y sobre el final, hubo una parada antológica de Oblak, pero con dos goles de distancia, el partido ya estaba en el lugar donde el Atleti los mantiene bien enterrados.

Tres puntos que fueron vitales para retomar la senda, para dar un aviso a los perseguidores, que ya se relamían, incautos, para conservar ventajas y que nadie se olvide de que esto será todavía muy largo, pero que el Atleti no se va a caer de la manera en la que todos esperaban ansiosos.

Foto: Getty Images

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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4 Comentarios

  1. Me gusto el equipo hasta que se puso el marcador 2-0, a partir de este momento es cuando me surgen las dudas.
    No acabo de entender porque hay que meterse en la portería y dejar a los rivales el balón como si nosotros no supiéramos jugar al futbol, no se puede robar el balón en nuestra área y pegar pelotazos a campo contrario esto es regalar el balón al equipo contrario y tenerlo otra vez en nuestra área.

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  2. Se repitió el mismo formato que en el partido del Chelsea. Solo que esta vez la fortuna cayó del lado rojiblanco.

    A pesar de encerrarse atrás todo el equipo, la sensación era de peligro constante. El Villarreal superaba con mucha facilidad al medio campo que se convirtió en la segunda parte, en «alta defensa», a unos pocos metros por delante de los centrales. Menos mal que Felipe sacó todos los balones que llegaban por alto, pero se presentía que el gol en contra podía caer en cualquier momento.

    Se puede dejar el balón al contrario, el Atleti lo ha hecho muchas veces y con buen resultado, pero lo peor fue que el equipo se quedó sin referencia en ataque, no había nadie a quien dirigir los balonazos desde la defensa. Al final, el cansancio físico impidió salir con el balón controlado y se encomendó una vez más a San Oblak.

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  3. A ver. Hay dos formas de que el equipo descanse, de que se desgaste menos.
    Una es teniendo el balón y otra es haciendo que se juegue en menos espacio de terreno. Lo primero cuando tienes dos goles de ventaja, es buscar que el equipo rival vaya al enfrentamiento directo y el partido se convierta en un corre calles.
    Lo segundo es esperar que el equipo rival te acorrale y tu te limites a sacar balones. Sin gastar demasiada energía. Hacer de frontón.
    El peligro real del Villarreal fue del minuto 76 al 92.
    El resultado ya era de 0-2. Un resultado que concedía la posibilidad de dejarle el 70 por ciento del terreno al Villarreal y que el Atletico no tuviera que jugar en todo el campo.
    Nos pertrechamos en defensa y su tiros mas peligrosos los producen desde fuera del área. Los dos tiros de Baena.
    Esa sensación de agobio que muchos aficionados sentimos, los jugadores la contemplan de otra manera.
    Lo único que para mi vi que Simeone podía tener como alternativa, era la salida de Démbelé, cuando quedaban esos 15 minutos en lugar de dejar arriba a Llorente solo.
    Que lo mismo lo hizo para que se vaya habituando.
    Había que ganar y a eso se jugó.

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  4. Aunque con este árbitro nos suele ir bien, jugados 3, ganados 3, ayer dejó bastante que desear; quiso dejar jugar y no lo hizo bien, entre oras cosas, tres faltas en la segunda parte no cobradas que le hicieron a Joao, una de ellas de tarjeta, vaya nimiedad dirán algunos, pues no es así, eso impidió salir a la contra con todo favorable; no se puede saber que habría pasado, pero es bastante probable que el resultado hubiera sido más abultado y no se hubiera pasado el agobio final…
    Las tarjetas una jornada más nos siguen lastrando, habrá que rezar para que no expulsen a nadie contra el vecino.

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