El Atleti está ante una gran encrucijada, la enésima. Los refuerzos, los nombres, exigen competir al más alto nivel, pero la realidad es que los nombres, los hombres, acaban de llegar, necesitan conectarse y eso por lo general conlleva un tiempo que el Real Madrid y el Barcelona, inmisericordes, no conceden nunca. En una carrera contra esos dos rivales, empatar es perder. Y el Atleti empieza a sentir esa presión, ellos solventan los momentos de dificultad con goleadas, los de Simeone se aferran al sufrimiento, al último minuto, al descuento. Caminar por el alambre hasta que al final en Vallecas el remate de Correa no entra y entonces se quedan dos puntos en el camino, dos puntos que abren un abismo en las expectativas, que pueden influir de manera decisiva en el corto plazo.
Rotó Simeone cuanto pudo, sobre todo en la defensa y a Griezmann, de quien tanto depende este equipo, y el partido que se dibujó en la primera parte fue un desastre. Julián y Sorloth arriba juntos invitaba al optimismo, pero la realidad es que la sociedad no funcionó, hubo un disparo aislado de la araña que repelió el travesaño, pero poca producción. La defensa, en cambio, sufrió. Con los titulares en el banco, el Rayo fue poco a poco acorralando al Atleti hasta que al final hizo justicia con un gol de Isi resultado de una sucesión de despropósitos.
En la segunda mitad entraron Correa y Griezmann por Lino y Llorente y volvió el equipo a la defensa de cuatro y mejoró ostensiblemente, hasta el punto de lograr el empate en una nueva llegada en segunda línea de Gallagher, que remató un pase atrás de Sorloth, que había marrado un mano a mano con el portero rayista pero aguantó la segunda jugada que propició el gol. Parecía que se habría un mundo nuevo, pero no fue tal. El Rayo vino a menos, pero el Atleti no se agradó lo que el partido exigía para lograr los tres puntos. Hubo más dominio, más orden, más sensación de que las cosas estaban en el lugar correcto, con el grande dominando al pequeño y no al revés, pero no hubo colmillo afilado, ni asedio, ni las ocasiones claras que se necesitan para cabalgar de tres en tres.
Al final, un punto que no es malo según para donde se quiera mirar, pero que si miramos para arriba es un pinchazo grande porque la competencia exige demasiado.
23 septiembre, 2024
Bueno, ya hemos perdido 6 puntos, contra equipos muy inferiiores tanto presupuestariamente como en plantilla. Es lo de siempre, cuando se juega para no ganar, se empata o pierde. Esta película ya está muy vista. Las manías del entrenador, tiran ya por sistema un tiempo a la basura, y luego, pasa lo de siempre. Veo con sana emvidia, como equipos como el Barsa, salen a ganar desde el primer minuto, y claro marcan un gol y van a por orero. Con algunos verteranos y mucha juventud, ahí está. Esta semana puede ser decisiva para luchar por la liga. Si no se gana en Vigo, y luego al Madrid, a finales de este mes, diremos a di´os a la liga.
Claro que nuestro entrenador, al final si queda cuarto, ya habrá cumplido su objetivo. Espero que después de la ploantilla conformada por los dirijentes, en el caso de que sólo se consiguiese esa meta, lo considerarían insuficiente. Y la afición, si esto sigue así, ya no tiene que mirar al palco.
Yo ojalá me equivoque, pero hace mucho tiempo que he dejado de creer, en un entrenador que lleva más de 2 lustros, con un currículon insuficiente, si tenemos en cuenta lo muicho que cobra.
Otros entrenadorws con menos tiempo en sus clubs, han conseguido grandes éxitos.
23 septiembre, 2024
Simeone es el excusas, cuando pierde con los de arriba es porque no podemos competir contra su presupuesto, cuando no gana a los que les superamos 10 veces en presupuesto es que «nos estamos conociendo». Simeone nos ha dado todo, pero está obsoleto para el fútbol actual, necesitamos un cambio.
23 septiembre, 2024
(…)
Pero dentro me pregunto
si duraré mucho
no será que estoy quemando
mi último cartucho
porque a decir verdad
no soy auténtico
y engañar al personal
es muy polémico.
EL OPORTUNISTA (LEÑO) para los entrenadores de mercadillo que por aquí enmiendan la plana a nuestro entrenador.
25 septiembre, 2024
Dicen bien el articulista. Cambió al 1-4-4-2 mejorando, pero tarde. Debió comenzar con él.
Otra vez el «jugador del equipo contrario» argentino de carrilero derecho (ni un pase acertado). Otra vez Witsel, el pobre ya muy exigido. Otra vez sin oxigenar al equipo: vuelve a meter a Llorente en el interior, no saca a Galán por la izquierda y a Lino por la derecha. Lenglet sigue sin aparecer en lugar de Witsel. Tampoco da oportunidad de salida a Giuliano Simeone en un partido ideal para irlo adaptando al equipo. Y cuando lo saca los últimos minutos, lo hace jugar de otro centrocampista improvisado, cuando puede ser más letal en el puesto de Griezmann.
Si los que no dan el nivel siguen en el equipo sin ser sustituidos por otros mejores, de nada sirve el buen trabajo de los buenos. Lo mejor del partido y de los pocos precedentes: el acierto tremendo del fichaje de Conor Gallagher: no para de recuperar balones y de correr de abajo a arriba y de arriba a abajo sin escatimar esfuerzos. Su trabajo está siendo sensacional y ayuda a Koke y a Llorente una barbaridad, así como a toda la defensa. Encima ha metido dos goles, que no es para lo que se le fichó. Hasta ahora, y esperemos que no cambie, el mejor fichaje sin duda alguna.
Julián Álvarez corre poco en kilómetros y es bastante lento, no es combinativo ni centra bien, ni pasa bien el balón a los compañeros. No sigue la jugada ni la entiende. No aprovecha las oportunidades que tiene, algo mortal para el Atlético. No es contundente en absoluto. Tiene buen disparo, sí, pero no ha justificado ni la mitad de lo que se afirma haber pagado por él. ¿Qué han hecho fichando a este jugador, si por 20 millones menos podían haber traído a uno muchísimo mejor, Dani Olmo, debilitando al mismo tiempo a un rival directo que lo ha traído con trampas financieras y de todo tipo?
Sorloth no es ni la sombra de Morata, a pesar del esfuerzo y derroche de agradecer que pone en desgastar defensas contrarias, recuperar balones y rematar los que le llegan (con poco acierto hasta ahora). De cara al gol no es tan letal como se esperaba. Es lento, peleón, eso sí, con defensas contrarias, pero poco acertado cara al gol. Otro jugador sobrevalorado. Con la marcha de Morata, el gol del Atlético se va a hacer más escaso aún salvo que la cosa cambie (10 goles en 6 partidos de Liga es un balance como mucho mediocre).