Doce años ya que Simeone trae las tareas hechas al mes de mayo. Fue frente al Getafe, con un resultado contundente, cero a tres, con un hattrick de Griezmann, una exhibición en el pase de de Paul y los visos de un equipo serio atrás, que volvió a dejar su puerta a cero por tercera jornada consecutiva, lo que es algo inédito en la temporada, un equipo que volvió a certificar su pase a Champions pero que ya no lo celebra, es lo mínimo, dicen algunos. Doce años seguidos uno tras otro, sólo otros cinco equipos más lo han logrado: Real Madrid, Barcelona, Bayern de Munich, PSG y Manchester City. Creo que no hace falta decir nada más sobre esto.
El partido tuvo poca historia, porque el Atleti salió dispuesto a ir maquillando su desastrosa temporada fuera de casa y le plantó un partido serio al Getafe de Bordalás, dejándolo sin capacidad de movimiento. Griezmann golpeó rápido y seguido, en el veintisiete, con un control exquisito para poner la guinda al maravilloso pase de Rodrigo de Paul al espacio, y también en el cuarenta y dos, en un gol que tuvo que ser concedido por el VAR porque el linier había decretado un erróneo fuera de juego. En la segunda mitad, cuando los locales variaron su sistema y colocaron dos referencias arriba y el partido parecía que podía adquirir otro tono, esta vez a pase de Lino, Antonie certificó su triplete y la victoria. Desde ahí ya no hubo más, dejó pocas cosas el encuentro, salvo los puntos que faltaban y claro, algunas consideraciones que siempre se pueden apuntar si sacamos el foco del balón.
Griezmann corrigió su sequía mientras el otro hombre señalado por la ausencia de gol – casi tres meses sin meter uno -, Morata, no jugó ni un minuto. Hasta Memphis disputó los minutos finales. Correa demostró su solvencia siempre que sale, esta vez desde el inicio, estuvo rápido, incisivo, buscando los espacios entre los centrales, aprovechando el terreno entre líneas, un poco más de temple con el fuera de juego le hubieran dado la oportunidad de algún gol. Barrios es futuro y debe acelerar como lo hizo ayer, Hermoso anda despistado, Witsel parece un jerarca en la defensa, a la que se suma Azpilicueta, cumplidor. Llorente es el pulmón de este equipo, junto a Koke, Lino y el costado izquierdo cuando también está Riquelme es el arma más letal, el lugar por donde suceden los desequilibrios y luego está Vermeeren, que ha pasado de ser internacional con Bélgica a no disputar minutos ni siquiera en partidos que parecen estar resueltos como el de ayer. Algo extraño hay ahí, algo que solo el tiempo va a acabar resolviendo.
El Atleti es de Champions de nuevo pero sin alegrías excesivas, es el peso de la rutina, todos quieren más, el primero, su técnico, que señaló de manera muy clara que él quiere salir campeón. Pero para eso no basta con su extraordinario trabajo, alguien arriba de las escaleras debe recoger ese guante, debe atrapar ese mensaje, que es también el de todos los hinchas, y de una vez invertir en construir un proyecto que pueda sostener a un equipo campeón, a un equipo que tenga opciones reales de serlo, no a uno que infle un globo cada poco tiempo, que viva de saldos y de milagros, de falsas oportunidades de mercado. El objetivo está cumplido una vez más, el que lo cumple tiene derecho de exigir, ni más ni menos que lo que a él también le exigen.
16 mayo, 2024
El Atlético de Madrid, SIEMPRE debería estar entre los tres primeros en Liga. Otra cosa sería un fracaso. Antes de Simeone era fracaso tras fracaso, por las razones que fueran. Pero al Atlético de Madrid se le debe exigir que ningún otro equipo le preceda en la clasificación que los dos «grandes» como mucho, ningún otro. Por tanto, no es éxito alguno haber quedado entre los tres primeros durante 11 temporadas (en ésta, si no logran superar al Gerona, serán cuartos), sino lo mínimo que todo el mundo debe esperar de este equipo, y no los ridículos de años previos a Simeone. En todo caso, el que puede presumir de haber hecho una campaña de matrícula de honor es el Gerona, un equipo que el año pasado celebraba el ascenso y se ha metido en Champions con un fútbol espectacular y excelentes jugadores. Así se gestiona deportivamente un club, por cierto, con un presupuesto entre los cinco menores de la Liga. Que aprenda a fichar el Atlético de ese equipo.
Otras tareas pendientes:
Que se fiche mejor, como justo antes de Simeone. Bien está fichar jugadores experimentados, pero el Atlético no tiene porqué ser un cementerio de elefantes. Que Villa y Luís Suárez salieran bien no significa que vaya a salir siempre así. Memphis de Pay no ha dado el mismo resultado, tampoco Torres y Diego Costa cuando volvieron de Inglaterra. Mejor fichar a jugadores jóvenes que despuntan cuando no cuestan tanto, como se hizo con el Kun Agüero, con Falcao, etc. Además, el Atlético tiene que contar con muchos más jugadores de la cantera, que en nada son menos buenos que los de la actual plantilla. Más cantera. Más Roros, más Barrios, más Kokes, etc.
Que Simeone vuelva a su exitoso 1-4-4-2, que es el que le ha dado éxito y reparte mejor la fatiga al equipo, no desfondando carrileros y centrocampistas. Que no sea terco con lo de los tres centrales, que aprenda que 4 temporadas después del doblete, el equipo bajó a Segunda División en una temporada horrorosa en la que jugó con tres centrales (Gamarra, Ayala y Santi) y dos carrileros largos (Capdevilla y Gaspar). Que no siga insistiendo en el error, que al equipo cada vez le meten más goles con este nuevo sistema y con él no ha ganado nada y cada vez deja la lucha por la liga antes.
Que la afición no se acostumbre a la mediocridad otra vez. El Atlético tiene que luchar por los títulos en serio. No se puede vender la derrota como algo «romántico», «bello», «épico», etc. Basta ya de «qué manera de perder». Que pierdan otros. Más vale ganar 1 a 0 jugando mal y defendiendo bien, que perder 5 a 4 haciendo un partido «épico» como tantas veces ha vendido éste equipo. El Atlético ha de seguir la consigna de Luís Aragonés y de Vicente Calderón, «ganar, ganar, ganar y luego, volver a ganar». Un equipo grande se hace ganando, no con «épicas derrotas». Que no vendan un producto defectuoso, que la afición ya está muy castigada y merece títulos. Ya está bien de derrotas y de no ganar nada.