La mentira del VAR

En cuanto al fútbol, en términos generales, a veces uno tiene la sensación de estar siempre escribiendo la misma crónica. Hay cuatro, cinco preceptos generales con los que se pueden construir las últimas historias de los partidos del Atleti. Eso no es bueno ni malo, si no todo lo contrario, que diría aquel. Pero es cierto que la mayoría de ellos vienen condicionados por un mal arranque, por un rival que te hace daño desde la nada, está la reacción, está el pasito atrás, está la épica también.

Frente al Levante, rival maldito en campo maldito, el Atleti trató de conjurar aquello que lo venía martirizando: arranque tibio y marcador en contra. Salió desde el saque inicial con una disposición avasalladora, metió al Levante en su terreno y empezó a mover la pelota de un lado a otro con una pléyade de jugadores de calidad nunca antes vista. Herrera y Koke sostenían a Joao, Griezmann y Suárez por delante. Por detrás, la defensa de cinco habitual que cada vez parece que encaja menos, al menos en la configuración de plantilla actual.

La tuvo Joao en un disparo desde la frontal. El portugués se encuentra en un momento impresionante y canaliza todo el juego del Atleti, a pesar de la desesperante impunidad con la que los rivales lo cazan permanentemente, una y otra vez. Cada vez que recibe el balón es detenido en falta. Parece que los rivales ya han aprendido que las primeras consumiciones son gratis y nadie quiere perderse la fiesta. El gol llegó rápido, en una jugada a balón parado que tuvo segundo capítulo y que aprovechó Griezmann para romper el maleficio de tener que remontar, que parecía haberse convertido en una norma.

Con el resultado a favor, vino el pasito atrás, la relajación de la voracidad con la que salió. Es como si el equipo sintiera que el trabajo ya está hecho, sin ser consciente que está solo a medio hacer. El Levante, invitado a recomponerse lo hizo. Y sin crear mucho peligro, empezó a mandar la pelota a zonas donde pueden ocurrir cosas como la que ocurrió: que Luis Suárez, desubicado en área propia, cometiera un penati absurdo e innecesario que puso en bandeja el empate a Bardhi.

En la segunda mitad, el Atleti no cogía el pulso del partido, y necesitaba los puntos. Simeone empezó a cambiar cosas. Salió del campo Herrera, que había gobernado el partido en la primera fase con ese ritmo suyo tan pausado y característico y también Luis Suárez, que definitivamente no tenía su noche. Entraron Correa y De Paul. Más tarde lo hicieron Lodi y Cunha cuando el Cholo vio que nada terminaba de cambiar.

En una arrancada extraordinaria de De Paul nació el segundo gol del Atleti. El argentino sirvió a Cunha que, dentro del área, hizo su primer gol como rojiblanco. El Atleti conseguía lo más difícil y mantenía a raya al Levante hasta que, en el minuto noventa sucedió otro de los preceptos esos con los que se pueden construir gran parte de las crónicas. El fútbol acabó ahí y tomó el protagonismo el árbitro. El señor González Fuertes fue, suponemos que a solicitud del VAR, a revisar una jugada en la que la pelota golpea de manera absolutamente involuntaria y natural en Lodi, una pelota que se iba a las nubes en una jugada que estaba terminada. Pero ahora el fútbol va por estos derroteros, el VAR no se usa para profundizar en la justicia sino más bien para generar la mayor arbitrariedad posible, porque ahora ya no estamos solo en manos de lo que un árbitro pueda ver o interpretar, sino de lo que quiera inventarse en diferido. El VAR se ha convertido en una mentira más al servicio de quien parece no tener otra intención que cargárselo cuanto antes.

La realidad es que el árbitro que había masacrado con las tarjetas amarillas al Atleti, 8 tarjetas con nueve faltas, mientras el Levante tenía 2 por 15 faltas, decidió que tres puntos no estaba bien para el Atleti, mejor uno. Y ahí terminó la historia de un partido en la que el Atleti evidenció carencias antiguas y el árbitro trató de aprovecharlas.

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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8 Comentarios

  1. Es en estos partidos donde se pierde la Liga.

    El equipo jugó muy mal ante un equipo que está en la parte baja de la clasificación y que además contaba con muchas bajas. Durante muchos minutos dio la sensación de que se estaba jugando al fútbol sala, pisando el balón y con toques y más toques en un espacio reducido. Hubiera bastado meter una velocidad más para haberse llevado el partido aunque hubieran aparecido los problemas.

    Esos problemas que tienen nombre y apellidos: Estrada Fernández.

    Algo muy malo le ha debido hacer el Atleti a este árbitro, ahora desde el VAR, para que le persiga de esta manera con decisiones incomprensibles.
    E.F. ayer tuvo ojo de águila para ver intencionalidad en el penalti de Lodi, pero no lo tuvo en temporadas anteriores para señalar penalti en una jugada fuera del área de Giménez a Vinicius, ni para ver un penalti de Casimiro a Morata o para anular por fuera de juego inexistente, un gol de este último. Ante tantos favores al mismo equipo cabe preguntarse si lo de ayer pertenece a esa cadena de favores a su equipo protegido ante el inesperado empate en casa ante Osasuna.

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  2. Lo que tienen que hacer los clubes, es unirse y conseguir que puedan recusar a los árbitros como antes, y si no, realizar una huelga indefinida, hasta que les dejen hacerlo.

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  3. Primero.
    Yo lo que pensé es que se estaba revisando una jugada que había sucedido en el área del Levante, donde jugadores del Atletico levantan las manos para reclamar, ya que hay un jugador del Levante que toca el balón con la mano, dentro del área..
    Lo «otro» nadie lo había visto. Ni los jugadores del Levante, ni el banquillo del Levante, ni el publico, ni el arbitro de campo.
    Yo soy un defensor del VAR y lo veo como una herramienta necesaria, muy útil para que se pueda impartir una mayor justicia. Pero lo que falla es cómo siempre el factor humano.
    Luego esto te lleva a una duda en forma de pregunta.
    Si este error lo comete un arbitro que está en el VOR y lo hace después de poder visualizar varias tomas de esa u otra jugada ¿Cuantos errores ha cometido este arbitro cuando actuaba en el campo y no tenía la ventaja de poder volver a visualizar la jugada, en la que ocurría una infracción?
    Segundo y lo más importante.
    Nos falta mucho por hacer para poder aspirar a conseguir un titulo este año. Hay que mover el equipo.
    Veo lo mismo que señala CHE en cuanto a la actitud de varios jugadores y su conformidad a la hora de no ir a buscar el segundo gol.

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  4. El otro día, viendo el partido del jueves, llegó un momento muy cachondo en que los jugadores del Levante sentaron a Joao Félix en una silla, a continuación hicieron fila ordenadamente y, después, ante la mirada condescendiente del árbitro, le fueron dando todos de hostias, de uno en uno. Como el portugués no paraba de moverse por el césped, era su forma de intentar tranquilizarlo. Lo primero que pensé es que eso ya lo había visto yo: es lo de aquella mítica escena de Aterriza como puedas en la que los pasajeros del avión se turnan para abofetear a una mujer histérica. Muy cachondo fue. Nos partimos de risa. Y, ¿ven?, todo gracias al árbitro.

    Después de constatar que se le pueden hacer 200 faltas a uno de los futbolistas que hacen más hermoso este deporte y no hay ningún detenido; después de comparar la penalización del Levante (que hizo 15 faltas y se llevó una amarilla) con la del Atlético (hizo nueve y sin embargo se llevó cinco); después de revisar los datos con extrañeza y comprobar que el Atlético de Madrid es el equipo con más tarjetas amarillas de la Liga (36) a pesar de ser el que menos faltas comete (117); después de todo, decía, lo que hace falta para que entendamos es que en el reglamento arbitral se especifique en negrita que el Atlético de Madrid no puede ganar dos Ligas seguidas.

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    • Ciertamente, así es. Pero aparte de la insidiosa persecución arbitral, que la estadística de faltas y tarjetas es definitoria y es para demandar al comité de turnos por daños y perjuicios, el equipo está haciendo partidos lamentables en un 80 % del tiempo. No compite, al igual que hace 2 años, dejando escapar otra vez una liga absolutamente abierta, como en aquella ocasión. Jugar andando con 1-0 y una hora por delante, no es de recibo.

      El VAR es una puta mierda, y yo me hago cruces cuando Simeone y tantos otros lo defienden. Desvirtúa el juego, lo ralentiza y le quita la ya de por sí falta de ritmo a la mayoría de partidos. Una panda de vividores tras un monitor decidiendo lo que les da la gana y alterando el resultado de los partidos a voluntad. Sólo debería aplicarse el hojo de halcón en los goles fantasmas y, en todo caso, en los fueras de juego. En todo lo demás será siempre la opinión de uno o varios contra la de los demás, filtrada siempre por el forofismo, las órdenes o los intereses. Hasta las jugadas que son indiscutibles las cuestionan los fanáticos después de verlas 15 veces, así que por qué iba a ser distinto con este sacacuartos detestable. Que se decida en vivo, en el momento, esa era la gracia de este juego. Al menos cabía la excus, para el árbitro, del vértigo y la prisa en los errores groseros. Ahora, encima, hay que aguantarse con las prevaricaciones descaradas a cámara lenta. Otra basura más de nuestro tiempo.

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      • «Decidiendo en vivo» es como el real madrid se ha llevado muchas Ligas y le ha quitado dos Champions al Atleti.

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  5. Me encanta leer a personas como Pedro Simón y Antonio. Dos personas que exponen los dos problemas que también Che enumera al principio.
    La actuación arbitral fue desastrosa pero el juego que se hizo en los primeros 20 minutos, nada tuvo que ver con el resto del partido.
    Y yo soy de los que piensan que en el futbol la anterior jugada, puede que en nada tenga que ver con la siguiente.
    Al haber un rival, siempre puede suceder que el partido cambie.
    De todas formas creo que el equipo está por llegar, pero hay mimbres para hacer una buena campaña y esa como todos sabemos se empieza poner seria, de verdad, a partir de la tercera parte de la competición.

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