La línea de los miedos (0-0)

Llegó el Español y el Atlético recibió un golpe de realidad. Había recuperado la ilusión en su juego merced a un renacido Tiago que pareció envejecer diez años de repente. El Calderón recibió a Quique Sánchez Flores, el entrenador que volvió a hacerle campeón tras tantos años de desierto, con un cariñoso y casi exagerado homenaje. Hubo cánticos, hubo una enorme pancarta y hubo también la reciprocidad en el cariño de un entrenador que no tuvo piedad sobre el césped.

Quique debía saber cuál es el atasco fundamental del Atlético que no sabe qué hacer con el balón cuando se ahogan los espacios y así conformó una doble línea de cuatro más cinco que convirtió los últimos tres cuartos de cancha en un fortín infranqueable. Cedió casi todo el terreno, se olvidó del balón y trazó una línea muy clara desde la que vendrían los problemas para un Atlético tenía una posesión tan exagerada como infructuosa

Los de Simeone tocaban antes de esa línea imaginara que había trazado el Español sin atreverse a trasvasarla, como temiendo encontrar sus propios miedos detrás de ella. Y efectivamente, allí, entre esa fortaleza blanquiazul que había conformado Flores, se encontraban todos, ordenaditos y con sonrisa burlona acechando en los exiguos rincones que dejaba la falta de espacios. Allí estaba la ausencia de claridad, la lentitud en la circulación de balón, la somnoliente horizontalidad, la falta de genio, la imposibilidad de desborde, la velocidad retenida. Estaba también la desesperación.

El Español hizo un partido perfecto eliminando espacios, y arrojando al Atlético a sus defectos y de cuando en cuando, salía fulgurante por si sonaba la flauta de un contragolpe. Tuvo dos, uno en cada mitad, que terminaron en dos mano a mano que salvó prodigiosamente Oblak. El Español sabía la fórmula y conjugó a la perfección los ingredientes. Algo que parece fácil pero no lo es, pues esa línea donde encerró los miedos del Atlético se disipa en un detalle, un balón parado, un despiste. No propició nada de eso e hizo el partido que había soñado hacer.

El Atlético perdió dos puntos, según lo que había previsto, pero lo cierto es que tal vez ganara uno, merced a un enorme Oblak que sostuvo al Atlético para que siguiera intentándolo sin ideas ni profundidad. Con jugadores que no consiguen adaptar su juego a la falta de espacios. Con un Griezmann irreconocible, que deambula por el campo con una lentitud desesperante demasiado lejos de la zona de gol. Con una idea a medio camino entre lo que fue y lo que quiere ser.

 

Foto: clubatleticodemadrid.com

 

 

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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4 Comentarios

  1. Bueno, Pienso que a este atlético le falta ilusión. No me pregunten porque, pero se puede perder o empatar un partido, luchando, jugando, en definitiva haciendo eso que siempre hizo, y que ahhora por lo que sea, ¡no le sale!
    Hay jugadores que de verdad, ¡Son irreconocibles!. o
    No sé si hay cantos de sirena, pero no me gusta el pis del ¿enfermo?

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  2. Efectivamente la garra y la lucha que han sido santo y seña de este equipo solo apareció en los últimos 20 minutos. Cuando tenemos tanto el balón se percibe cierta falta de convicción. Se centra al área donde no hay nadie buscando con decisión el remate (solo Godín y ahora Giménez a veces cuando es jugada a balón parado), todos esperando el fallo o el rebote. En esos partidos el poderío en el juego aereo es fundamental y se echa mucho en falta a alguien como Raúl García. Y que nadie se equivoque, así ganan muchos puntos (o empiezan a ganarlos) el Madrid o el Barcelona.

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  3. Efectivamente la garra y la lucha que han sido santo y seña de este equipo solo apareció en los últimos 20 minutos. Cuando tenemos tanto el balón se percibe cierta falta de convicción. Se centra al área donde no hay nadie buscando con decisión el remate (solo Godín y ahora Giménez a veces cuando es jugada a balón parado), todos esperando el fallo o el rebote. En esos partidos el poderío en el juego aereo es fundamental y se echa mucho en falta a alguien como Raúl García. Y que nadie se equivoque, así ganan muchos puntos (o empiezan a ganarlos) el Madrid o el Barcelona.

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  4. Este es el tipo de partidos que el Realmadrí lo saca adelante con un piscinazo o con una ayuda arbitral (véase esta temporada, Celta y Sporting).

    Yo no quiero eso para el Atleti, me conformo con la lucha, la entrega y que el árbitro no quite nada, luego, si el resultado no sale, otra vez será.

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