Oviedo será siempre mayo del dos mil. Pasarán los años, pasarán los partidos, las generaciones, pero siempre será mayo del dos mil. Aquella esquinita fría, aquel día lluvioso, aquella desgracia. El Atleti regresaba al Tartiere en partido de Copa: otro estadio, otros tiempos, otras gentes, pero al final era Oviedo, y era inevitable recordar aquel mayo del dos mil. Inevitable mirar a la grada y pensar en cuántos de todos los que allí estaban también estuvieron veintitrés años atrás, cuántos irían tratando de encontrarse, intentando cerrar un círculo de una manera absurda, porque ser del Atleti es caminar en un círculo permanente, nada, ni siquiera un recuerdo como aquél, podrá hacernos cerrar nada. Oviedo y el mayo del dos mil.
Después estaba el fútbol, que como todos sabemos es apenas una excusa para poder contar la vida y el Atleti siguió en la línea que muestra que en la Copa reside la poca ilusión que nos queda. Simeone puso todo y el equipo ganó con relativa solvencia a un equipo, de nuevo, de inferior categoría. Un gol de Llorente en la primera parte con un pase exquisito de Griezmann y un gol en la segunda de Barrios, la sensación de estos tiempos. Dos a cero para no sufrir, lo que ya es más que suficiente a estas alturas de la competición. El desastre habitual de Hermoso, la inconsistencia de Lemar, la invisibilidad e Koke serían las notas negativas de un partido que dejó cosas buenas, el liderazgo de Antoine y la irrupción de Barrios, que salió desde el Banquillo, por encima de todas ellas. El del pelo rosa se ha echado el equipo a al espalda y muestra una jerarquía exuberante, el chaval juega con el descaro con el que juegan los genios, y responde a cada oportunidad con motivos para seguir creyendo.
El Atleti ya está en octavos de final, pudo ser esta la última de las rondas fáciles, esas tan tenebrosas donde hay todo por perder y casi nada por ganar, apenas seguir vivo. El sábado será el sorteo y desde entonces solo cuatro partidos separarán al Atleti de la final, el momento soñado por todos en esta temporada. La Copa de la última ilusión.
Foto: atleticodemadrid.com
5 enero, 2023
El resultado no puede ocultar una peligrosa realidad, y es que a este equipo le siguen llegando muy fácil a portería, sea el Arenteiro, el Oviedo o un equipo de solteros y casados.
Ayer se vieron también algunos amagos de salir al contragolpe, pero se quedaron en amagos.
La diferencia principal entre ambos equipos fue la condición física.