El Atleti volvió a la senda del triunfo en Liga frente a Las Palmas con dos goles sanadores, uno, el primero de Giuliano, otro, el de Sorloth. Dos goles necesarios, para empezar a recomponer una imagen que venía de muy abajo, una victoria para empezar a empezar a reconstruirse desde los principios básicos de este equipo.
El gol de Simeone es el gol de la gente, el gol de un niño que saltó al césped tomado por su papá hace veinte años y que ha corrido esa grada y esa banda haciendo todo lo que podía hacer para cumplir su sueño. Propios y ajenos lo usarán para atacar a su padre cuando proceda y cuando no, ese lastre también lo tiene el jugador, que se ha sobre puesto a esa falsa sospecha de nepotismo que siempre estará sobre él para ganarse a golpe de corazón su lugar en el equipo. En la tarde de hoy corrió un pase a la espalda de Nahuel hasta enfrentarse mano a mano con Cilessen y batirlo de tiro cruzado. El grito de ese gol bien vale por todo ese partido, porque es el grito de la gente, de todos los que soñaron hacerlo y no pudieron. El beso desesperado y sentido al escudo, la rabia descontrolada para decir gol, para decir lo logré, para decir que los sueños a veces se cumplen.
El Atleti dominó todo el encuentro ante un rival que era como el pescadito hervido, fácil y propicio para ganar la confianza que los de Simeone necesitaban. Volvió Galán con buen desempeño al lateral izquierdo, volvieron también Barrios y Lenglet. Y en la segunda mitad volvió la mejor versión de Rodrigo de Paul, que dio criterio y velocidad al ataque local y puso el pase a Sorloth, que hizo un golazo de puro nueve, carrera a la espalda, control orientado hacia el perfil bueno y un zurdazo al palo largo inalcanzable para el portero. Con el dos a cero, que llegó pasado el ochenta, todo el mundo respiró tranquilo, por fin un partido sin sobresaltos, por fin un final feliz.
Y ahora, la Champions, París. Casi nada.
4 noviembre, 2024
En París, el miércoles, se verá esa «sanación» si es o no seria o si es otro espejismo, no contra un equipo humilde como Las Palmas.
4 noviembre, 2024
No hay mayor prueba de lo mal que está el equipo que los goles y las asistencia las está dando un jugador con muy poca calidad, mucho impetú y mucho sacrificio como su padre, pero calidad poquita.