Fin a la utopía

El Camp Nou seguirá siendo el bendito campo maldito de Simeone, un año más sin ganar allí, un año más en el que la victoria parecía algo al alcance de la mano, la llave de los sueños remotos, la reivindicación plena de un cambio de tendencia. En el minuto uno, a un toque desde la frontal, Griezmann tuvo el aldabonazo en su mano. Correa robó una pelota y se la entregó al francés en la frontal, que con un zurdazo medido superó a Ter Stegen por algo. Durante un segundo, todos vimos en aquella pelota muchas cosas, como decía, el sueño, pero también la plena redención, el cierre de un círculo, la reivindicación de Antoine como el mejor jugador de la Liga. Pero la pelota se fue al larguero, y el bote cayó por fuera. Se encendieron las luces y volvimos a ver que el Atleti no es como en los sueños, el Atleti es como en la vida. Siguió el partido y fue como siempre, la moneda al aire que cae siempre del mismo lado, el filo de la navaja que termina cortando a los mismos desde hace diecisiete años.

Tuvo un buen arranque el Atleti, mostrando al Barcelona que había venido a ganar si estrategias extrañas, sin espera, sin prisa, pero tampoco con pausa. Hubo dos ocasiones de gol y el Barcelona trató de ajustarse desde la posesión, trató de acaparar el balón para ahuyentar los sustos. Queda poco de aquella posesión antigua que te hipnotizaba y te mataba, ahora todo son pases horizontales en la medular que terminan en ningún sitio. El Atleti estaba cómodo, sin apreturas, poniendo el peligro en sus acercamientos a la portería rival, estaba madurando un partido que parecía tener color rojiblanco, pero, en el último minuto antes del entretiempo hubo un desajuste y cayó una pelota a Ferrán dentro del área, que tuvo tiempo de controlar, disparar, y batir a Oblak no sin cierto grado de fortuna. Los de Simeone se fueron al descanso con el guion cambiado.

En la segunda mitad el Barcelona mejoró con la activación de Jong y la entrada de Pedri, pudo matar el partido en algunas contras, especialmente una en la que Lewandowski pecó de egoísmo. El Atleti notó ahí la ausencia de Koke, que quedó fuera por unas molestias, y la de Llorente, que quedó fuera porque así lo quisieron los árbitros mostrándoles una ridícula tarjeta en el partido previo. No tuvo pausa en el medio ni profundidad, con un Carrasco que no estuvo en su mejor nivel. Entraron Barrios y Morata por Witsel y Correa, después Saúl por Lemar, pero en esta ocasión al Atleti le faltó la contundencia que necesitaba. Tuvo una gran ocasión Griezmann que salió centrada y paró Ter Stegen y, al borde del final, hubo unas manos de Busquets que la semana pasada, justo la semana pasada, hicieron ir al árbitro al VAR en el Metropolitano: un fuera de juego que no había sido visto salvó al Atleti de aquel penalti que en esta ocasión ni siquiera fue revisado.

En definitiva, uno a cero, fin a la racha, fin a la cábala, al Excel, al doce, a la motivación extra que se necesitaba para afrontar este final de Liga que ahora va a quedar un tanto insulso. Otro año más, el Camp Nou quedará señalado como un destino maldito.

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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2 Comentarios

  1. Más que un destino maldito, un maldito y odioso recinto, definitivamente acaparado por los totalitarios fanáticos del separatismo demencial, donde no se puede acceder con la bufanda o la camiseta del equipo rival, y de donde te echan por llevar ¡ la bandera de tu país!, que es el suyo, país que viene sufragando desde hace 50 años sus delirios secesionistas. Este es el resultado de consentir y aceptar como normal lo que es delictivo, irracional, absurdo y esperpéntico. A la repugnancia visceral que provocaba el vecino merengón, con sus 60 años de trampas institucionalizadas en exclusiva, se sumó el blaugrana en los últimos veintitantos, participando, ya en duopolio, en esta cochambre que es la infecta mentira del fútbol español. Que les den mucho por ahí a esas dos gigantescas máquinas de estafar, y también a los delincuentes profesionales, léase políticos de mierda, que han destruido este país.
    Como he leído hoy en una red alternativa que recogía lo escrito por alguien en otra red » tú eres muy joven aún, pero hubo un tiempo en el que mientras los políticos se iban de putas y esnifaban coca con el dinero que te robaban con los impuestos que se inventaban , obligaban a los niños a llevar un ridículo y malsano bozal a todas horas, incluso en el recreo y en gimnasia, y los tenían tiritando en clase en invierno con las ventanas abiertas» Y, además,casi por la misma época,te podían echar de un estadio de fútbol español si llevabas una bandera de ¡España!, mientras una jauría de subnormales , el esperado y carísimo fruto de 50 años de lavado de cerebro, jaleaban tu inaudita expulsión.

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  2. El Atleti, si no se tuercen mucho las cosas, acabará ganando su décimo primera liga consecutiva, y el gran maestro Diego Pablo Simeone seguirá haciendo historia. ¿Qué más podemos pedir?

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