Competir y morir

Fue una final al uso, con mucha igualdad y poco fútbol. Una final con el miedo a perder dirigiéndolo todo, los actores mirando a hurtadillas el reloj, las costuras bien atadas. Zidane repitió los cinco centrocampistas pero Simeone ya estaba prevenido y el Atleti elevó la presión, dificultando mucho la fluidez del balón. No hubo tiki taca, no hubo buen juego, hubo exiguos dominios alternos y algunas ocasiones tímidas, tal vez las más claras una de Valverde que se remató a sí mismo cuando sólo tenía que empujar a la red y otra de Morata, que le puso fácil el mano a mano a Courtois jugándole fácil a su palo.

Eso fue todo, noventa minutos de respeto mutuo, de tensiones contenidas, todos esperando un fallo del otro, una acción desafortunada que pueda traer el título. El Madrid apoyado en Valverde, donde ha encontrado una mina, el Atleti en la innegable insistencia de Morata, un delantero que no descansa en el trabajo. Fue un buen partido de Trippier también, no tanto de Lodi, que termina exhausto y no asume del todo las posiciones defensivas. Felipe capitán de la zaga y Saúl, siempre Saúl: primero en el volante izquierdo, luego en el medio centro, después al lateral y de nuevo de vuelta al centro del campo, un jugador polivalente y enorme, que no regatea un ápice al esfuerzo, que entrega todo y tal vez un poco más de todo.

En la prórroga, con el cansancio, el partido se desató. El Madrid había refrescado su ataque con Vinicius, Rodrigo y Mariano, el Atleti su defensa, con la entrada de Savic y Arias, pero paradójicamente el Atleti atacó más y pudo ganar el partido, pero se encontró con Courtois. Correa, Vitolo, Morata, tuvieron cerca el gol pero el portero del Madrid se hizo enorme y detuvo todo. En el minuto ciento quince, un desajuste propició una contra que dejó a Morata galopando en solitario a la portería del belga. Lo perseguía Valverde, que no llegaba y antes de que el nueve rojiblanco entrase en el área, lo cazó por detrás con una entrada criminal que dio con el delantero en el suelo. El Madrid se quedó con diez pero ya nada importaba, la jugada del partido no fueron las consecuencias de la roja, sino haber detenido el avance en la que se definía la final.

Llegaron los penaltis y se reeditó Milán en sentido inverso. Empezó tirando el Madrid. Gol de Carvajal. Saul falló tirando al palo. Rodrygo a la escuadra y a Thomas le detuvo Courtois. Marcaron Modric y Trippier y Ramos definió la serie en el último penalti. Apenas pudo hacer nada en cuatro penaltis magistralmente tirados por parte de los de Zidane, que se llevaron el título.

El Atleti recuperó su gen competitivo y lo hizo hasta el último segundo. Perdió en los penaltis. Murió de pie.

Foto: atleticodemadrid.com

Autor: José Luis Pineda

Colchonero. Finitista. Torrista. Nanaísta. Lector. Escribidor a ratos. Vivo en rojiblanco.

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1 Comentario

  1. Bueno, soy realista y reconozco que el atlético en el peor partido de la era Simeone, ha ganado al Barsa ya que si no es por OOoblak, nos meten 5, y a casa.
    En el partido contra el Madrid, se jugó mejor, pero, al llegar a los ppenálties, ¡ya se sabe! si no se entrena, no se marca.
    Oblak, tampoco entrena el parar penalties, y para alguno porque es muy bueno. Pero ya sabemos la filosofía del Cholo; implantó un sistema de juego defensivo que le fue muy bien, poero al no alcualizarse debidio a su acomodamiento, se acabó. Si no cambiamos el entrenador o la forma de jugar, nunca gnaremos nada. Sigue desquiciando a los jugadores poniéndoles durante el partido en infinidad de posiciones, y así, no se sabe a que se juega.

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