El Mallorca era un rival más complicado de lo que dicta el nombre, a juzgar por los números, el Atleti venía además con el esfuerzo acumulado de París, pero venció acorde a su mejor canon: portería a cero, un gran Oblak y un gol para tres puntos. Unocerismo a la máxima potencia por segunda vez en una semana, algo que siempre pone nerviosos a muchos, pero muy contentos a otros.
Simeone introdujo en el once algunos cambios respecto al partido de Champions: Giménez que volvía al once, Reinildo, Riquelme, Koke titular también. La primera parte fue una invitación a la siesta, como viene siendo habitual. El Atleti se convierte en un equipo que entrega el balón y la iniciativa al rival, se sitúa en lo que ahora se denomina bloque bajo con dos líneas muy juntitas y ahoga todos los espacios. Cuando quien está enfrente tiene ciertas limitaciones, como era el caso, el partido se vuelve soporífero. A las cuatro de la tarde es casi un somnífero. Cuarenta y cinco minutos de descanso para una parroquia castigada por tantos sobresaltos.
En la segunda mitad vienen los cambios para intentar revitalizar el encuentro y despertar a todos los que sestean. En esta ocasión, justo antes de que se produjeran, Giuliano peleó una pelota en la que sólo creyó él y la ganó. Simeone demuestra ser digno heredero de su apellido, nadie le compite en fe, en casta, en ponerle huevo, como dicen sus compatriotas. Peleó contra el balón que le sacó Oblak y le sirvió a Julián el cero a uno. Ahí ya todos despiertos celebrando al menor de los Simeone.
Entonces el mayor de la saga hizo cuatro cambios de una vez: entraron Sorloth, Correa, De Paul y Witsel y se retiraron Julián, Griezmann, Lenglet y Giuliano. Justo después una jugada por la izquierda pudo suponer la sentencia al partido pero Riquelme, después de su cabalgada por todo el flanco zurdo no vio a Correa que le acompañaba y su disparo fue desviado por el cancerbero bermellón. Tremendo fue el enfado de Simeone con esa jugada por que sabía que ahí estaba el cierre del partido.
Pero no sucedió nada relevante después. Solo una intervención milagro de Oblak para sacar un mano a mano de Abdón Prat. Por lo demás, de nuevo ese duermevela anodino en el que el Atleti sume los partidos cuando los tiene a favor, o cuando considera que queda demasiado tiempo todavía como para intentar resolverlos. La conclusión fue una victoria ajustada al canon y tres puntos muy suculentos para ir con buen ánimo al enésimo parón de selecciones.
Foto: atleticodemadrid.com
11 noviembre, 2024
Bueno, 1-0 ó 0-1 porque no tiene acierto cara al gol, que si no, no haría sufrir tanto (al Cholo casi le da un patatús con el fallo de Roro).
Guiuliano Simeone excelente. Menuda velocidad y lucha para el gol. Muy bien Koke, Oblak (dos asistencias de gol, la anterior en París, por cierto), Lenglet, Giménez (como casi siempre), Reinildo y Julián Álvarez. Los demás, aceptable rendimiento. Ninguno mal, a pesar del fallo de Roro cara al gol por no dejársela a Correa y el fallo de Witsel (que estuvo muy bien en París), pero nada trascendente para el marcador.
11 noviembre, 2024
Por cierto, señores de La Vida en Rojiblanco. En la rueda de prensa de ayer, Diego Pablo Simeone, como suele ser habitual en él, ensalzó esa virtud cristiana imprescindible, muy atlética (no de otros equipos corruptos), de la humildad. Y ha dado ejemplo aplicándola a sí mismo: el sistema que ahora utiliza, rectificando sus errores pasados, es el que hasta ahora le ha dado al Atlético 8 títulos con él en el banquillo. Ha vuelto sabiamente al 1- 4- 4 -2 frente a la errónea experiencia de los cinco defensas con dos carrileros largos.
11 noviembre, 2024
La humildad es una virtud encomiable, el conocimiento de las propias debilidades y limitaciones y el obrar en consecuencia, pero también, según la tercera acepción del Rae, es sumisión y rendimiento. ¿Y por qué demonios se tiene que someter y subordinar el Atleti a 15 equipos de la liga española que son claramente inferiores en todo, en presupuesto por descontado? Ganar 1-0 no me parece nada mal si has podido ganar por 4 pero no has acertado. Pero tirar por sistema 45 minutos en cada partido fuera de casa para que no pase nada, que es el propósito y el objetivo, y la traducción del mantra cholista «llevar el partido a donde nos interesa y a donde podamos hacerles daño» es una estafa, por la simple razón de que no hay quien lo aguante. Cuando sale bien, pues bien está porque, efectivamente, queremos ganar, pero ¿y cuando sale mal y nos marcan primero? A lamentar el tiempo desperdiciado y a jugar contrareloj. Lo siento, pero no es de recibo jugar así contra rivales inferiores. Se entiende con un Bayern en unas semifinales de Champions, o un Liverpool pletórico, fundamentalmente porque no había más remedio. Te asediaban y vapuleaban, te sometían. Pero ¿ contra el Mallorca ? ¿ En serio ? ¿ Y contra tantos otros, cero ocasiones en 45 minutos ? Es una vergüenza . Y luego le afeamos a Riquelme que ha fallado un gol porque no se la ha dado a Correa. Aféate a ti mismo que la de Riquelme era la segunda y última en todo el partido, que la primera es de patio de colegio, aunque tu hijo haga un sprint fantástico, y que el Atleti debería haberle hecho 8 ocasiones al rival. Porque si el fallo de Witsel hubiera supuesto el empate, no estaríamos lamentando el fallo de Riquelme, sino tu racanería insufrible por enésima vez.
13 noviembre, 2024
No sufras. Con el Cholo, no habrá cambios, pase lo que pase.